Opinión

Militares ‘trans’: la pantomima

Hay una cuarentena de militares de Ceuta de entre 40 y 50 años que se han cambiado el género y ahora son mujeres. Paulatinamente, pero casi 40 de golpe. Han ido al registro y con todo lo que tienen (y con la ley trans en la mano) se han registrado como mujeres y ahora dicen ser las madres no gestantes de sus hijos, ya no son sus padres. Se pasaron la pasada semana de gira por los principales magazines televisivos donde las principales cabezas de cartel del infoteinment español han decidido dar cobertura a la pantomima. El tono, la burla, la provocación con la que responden esos hombres a las preguntas y participan del debate hacen evidente que lo que quieren es la polémica.

Esos 40 tipos duros están haciendo un fraude a la ley, señalar que la ley lo ha permitido, y poner el foco en el aspecto más polémico de la ley trans de Irene Montero: la autodeterminación de género, la posibilidad de cambiar oficialmente de género sin tener que cumplir ningún requisito. Pasados seis meses la persona puede decidir recuperar su género anterior y ya para un tercer cambio hay que ir por la vía jurisdiccional. Es polémico, aunque lo que la ley pretende es evitar uno de los episodios más duros y traumáticos para las personas trans: que un médico evalúe si realmente su identidad de género, el género con el que ellas se identifican, se corresponde o no con el asignado al nacer por la forma de su cuerpo. Es una ley garantista que no está pensada para que cualquiera, cometa un fraude y menosprecie de esa manera la dignidad de las personas trans.

A donde quiero ir es a la responsabilidad de los programas que los han entrevistado montando un circo para poder decir, como se ha dicho, que “esta ley es una mierda” con títulos en letras enormes como “Doña Roberto, el cabo mujer” o “Paco, la mujer soldado” buscando llamar la atención del espectador. Algunas de esas tertulias forman parte ya de los peores episodios de la televisión española: “¡Pero cómo vas a ser tú una tía!”; “Pero entonces, ¿sigues durmiendo con tu mujer?!” decía otro, sin entender nada de nada. Tertulias que encoge el alma pensar que una mujer o un hombre trans puedan haber visto.

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