Opinión | Artículos de broma
Mueblería del descanso
A Isabel Díaz Ayuso le preguntaron por la casa donde vive con su pareja y respondió que tiene derecho a dormir en la cama que considera, lo que es una sinécdoque —toma la parte por el todo, la cama por la casa—, da a entender que sólo va allí a dormir e invoca el derecho y la libertad a partir de la cuál nada es cuestionable. Respuesta tres en uno.
Los humanos somos un ser que se cansa y tiene un mueble para descansar que ocupa cada día con su noche desde que la persona nace hasta que muere; desde la cuna, hasta el lecho de muerte. La cuna es el mueble más clasista de todo el negocio de la carpintería porque es alta o baja por la altura de la procedencia social. La cuna define la desigualdad de oportunidades y es donde primero reposa la meritocracia. He aquí una epifanía en dos: la meritocracia y los reyes magos son los padres.
Tenemos la cama genérica, pero tras ella se esconden las literas de los trabajos duros y mal remunerados y el catre del soldado y del preso. En la cama genérica duerme el cansado, da vueltas el desvelado y se acuesta el sexo. Las parejas libres o informales “van a la cama”, pero el amueblamiento moral tiene tanta riqueza léxica que para los casados ha construido el tálamo, que es el lecho conyugal, al que se va a copular con yugo, como la propia palabra indica. Hasta hace poco, por el uso, era más cónyuge la mujer que el hombre. Don Fulano de tal. Cónyuge: Doña Fulana de Tal. Ahora no es así y la prueba está en Alberto González Amador, más conocido como “la pareja de Ayuso”. Normalmente la pareja de alguien era una mujer. Una amiga muy atenta me apunta que la presidenta de Madrid está rompiendo otro techo de cristal.
Contra la cama recia está la hamaca, tenida muy colonialmente por un seudomueble, porque muy colonial es su origen antillano, su nombre del idioma taíno y su identificación por el honrado explotador con la pereza ultramarina de indígenas y africanos. Las camas acaban en el lecho de muerte, que es sinónimo de agonía y a veces no se vive ni en mueble.
Feliz descanso.
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