¿Las enfermedades cardiovasculares afectan al cerebro y provocan demencia?

Hipertensión, diabetes, colesterol, sedentarismo…. las personas con alto riesgo cardiovascular sostenido en el tiempo sufren un declive metabólico cerebral tres veces mayor

Hipertensión, diabetes, colesterol, sedentarismo…. ¿Podrían afectar al cerebro además de a tu corazón?

Hipertensión, diabetes, colesterol, sedentarismo…. ¿Podrían afectar al cerebro además de a tu corazón?

Los especialistas saben que, en muchas ocasiones, las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten en etapas avanzadas. Pero la realidad es que hasta ahora no existían muchos estudios que evaluaran la relación entre la aterosclerosis y sus factores de riesgo sobre la salud del cerebro.

Y decimos hasta ahora porque una investigación realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), y en la que ha colaborado el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD):

  • Arroja nuevos datos sobre esta relación y confirma la relevancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como hipertensión, colesterol, diabetes, tabaquismo o sedentarismo, no solo para cuidar la salud cardiovascular, sino también para prevenir enfermedades como el alzhéimer.
Cuidar el corazón ayuda a cuidar el cerebro

Cuidar el corazón ayuda a cuidar el cerebro / imagen unsplash

Este estudio, publicado a finales de agosto en The Lancet Healthy Longevity, muestra como:

  • La acumulación de grasas en las arterias (la aterosclerosis) y sus factores de riesgo asociados, además de ser las principales causas de enfermedad cardiovascular, están también implicados en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia.

Estas conclusiones son de gran importancia ya que según asegura el doctor Valentín Fuster, director general del CNIC y uno de los autores principales del estudio, abre la posibilidad de intervenir sobre un trastorno modificable, como las enfermedades cardiovasculares, para prevenir el desarrollo de las demencias, para las que no existe tratamiento para muchos pacientes.

  • "Cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro", indica el experto.

A mayor acumulación de grasa en las arterias, menor salud cerebral

El origen de este estudio se remonta al año 2021, cuando los investigadores del CNIC descubrieron que la presencia de factores de riesgo cardiovascular y de aterosclerosis sin síntomas en pacientes de 50 años, estaba asociada a la bajada de un parámetro indicador de salud mental. 

  • En concreto, se fijaron en que la acumulación de grasas en las en las arterias carótidas, que son las que suministran sangre al cerebro, se asociaba con un menor metabolismo de glucosa cerebral
A mayor acumulación de grasa en las arterias carótidas, menor salud cerebral.

A mayor acumulación de grasa en las arterias carótidas, menor salud cerebral.

A partir de ese momento, el equipo dirigido por el Fuster ha seguido a 4.000 pacientes asintomáticos de mediana edad en los cuales se está evaluando exhaustivamente la presencia y desarrollo de aterosclerosis subclínica a lo largo de cinco años

Así afecta el riesgo cardiovascular al cerebro

Pues bien, tras este seguimiento los investigadores han encontrado que aquellos que mantienen un riesgo cardiovascular elevado durante todo este tiempo sufren una disminución aún mayor del metabolismo cerebral medido a través de técnicas de imagen como tomografía por emisión de positrones (PET).

  • "Hemos detectado un declive metabólico cerebral tres veces mayor que el de personas que se mantienen en bajo riesgo cardiovascular", señala Catarina Tristão-Pereira, primera firmante del artículo y becaria INPhINIT de la Fundación "la Caixa".

La glucosa es la principal fuente de energía de las neuronas y otras células cerebrales.

  • "Si el consumo de glucosa cerebral disminuye durante varios años puede limitar la capacidad del cerebro de lidiar en un futuro con enfermedades neurodegenerativas o cerebrovasculares", asegura el doctor Gispert, experto en Neuroimagen del CNIC y del Barcelonaβeta Research Center.

De hecho, en colaboración con los doctores Henrik Zetterberg y Kaj Blennow, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), expertos mundiales en la determinación de nuevos biomarcadores en sangre, los investigadores de CNIC descubrieron que este declive metabólico se debía en parte a que ya existía daño neuronal en estos individuos. 

  • "Este dato es particularmente relevante ya que la muerte de las neuronas es un proceso irreversible", remarca la doctora Cortés, neurocientífica del CNIC e investigadora Miguel Servet del IIS-FJD.
La influencia en el cerebro de enfermedades cardiovasculares

La influencia en el cerebro de enfermedades cardiovasculares / Foto de Jonathan Borba en Unsplash

Aterosclerosis y Alzheimer

Además de estas conclusiones, el equipo del CNIC descubrió que la progresión de la aterosclerosis sin síntomas todavía en las carótidas durante estos cinco años se relacionaba con una disminución del metabolismo en regiones cerebrales vulnerables a la enfermedad de Alzheimer, además de la atribuida a la presencia y progresión de factores de riesgo cardiovascular clásicos (hipertensión, colesterol, tabaquismo…). 

  • "Estos resultados corroboran que la detección por imagen de la aterosclerosis subclínica aporta información muy relevante", añade el doctor Fuster.
  • "La relación entre el cerebro y el corazón es un tema fascinante y con este estudio hemos visto que empieza mucho antes de lo que se creía", continúa.

Vistas las conclusiones, los investigadores creen que el análisis de los niveles de grasa acumulados en las carótidas “tiene un gran potencial para identificar a las personas vulnerables a sufrir alteraciones cerebrales y deterioro cognitivo en el futuro". 

  • "Aunque aún no conocemos el impacto que esta disminución en el metabolismo cerebral puede tener sobre la función cognitiva, el haber detectado ya daño neuronal sí que nos indica que cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro", concluye la doctora Cortés.

En la misma línea se expresa el doctor Fuster:

"A pesar de que todos sabemos la importancia de cuidarse y controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar un infarto, el hecho de que están relacionados con un deterioro de la salud del cerebro puede hacer que haya una mayor conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables en las fases más jóvenes de la vida".