El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno funcional digestivo que provoca en los que lo padecen dolor e hinchazón abdominal, así como variaciones en la frecuencia y tipología de las deposiciones, produciendo periodos de estreñimiento o diarrea.

Además de estos síntomas, el este trastorno provoca también distensión abdominal y flatulencia. También está asociada con la dispepsia funcional que puede acarrear la aparición de dolor/malestar de estómago, náuseas o vómitos y convertirse así en una patología más compleja. 

Son precisamente estos síntomas la razón por la que el intestino irritable es una de las enfermedades que más afectación tiene en la calidad de vida de los pacientes.

Tan es así que, según indica el doctor Javier Santos, director del Grupo de Fisiología y Fisiopatología Digestiva en Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) Barcelona, investigador del CIBERehd y experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD):

  • “El síndrome del intestino irritable es la segunda enfermedad crónica, después de la migraña, que más afecta a la calidad de vida de los pacientes”. 

Y son muchos los que la sufren, ya que, según los datos de la FEAD, 1 de cada 10 personas adultas padecen esta enfermedad digestiva.  

El síndrome del intestino irritable provoca numerosos problemas digestivos Pixabay

Causas y tipología del síndrome del intestino irritable

Los especialistas señalan cuatro factores que según todos los estudios están asociados al comienzo de este síndrome.

  1. El primero de ellos es el estrés psicosocial, considerado como factor clave ya que, debido a la conexión entre el cerebro y el intestino a través del sistema nervioso, del sistema endocrino, del sistema inmune y de la microbiota se influyen mutuamente y hacen que situaciones estresantes ligadas o no a la presencia de ansiedad sean un desencadenante principal. 

Otros factores que también pueden desencadenar el síndrome del intestino irritable son:

  • El uso de antibióticos
  • La dieta
  • Las infecciones bacterianas o virales como la COVID-19.

Respecto a al coronavirus, el doctor Santos asegura “haber observado un gran aumento de pacientes con SII después de haber padecido COVID-19”.

El síndrome del intestino irritable afecta a la calidad de vida casi tanta gente como la migraña Foto Pexels

Síndrome del Intestino Irritable postinfeccioso

Los expertos señalan que en ocasiones estos factores suman, de tal forma que haber padecido recientemente una infección bacteriana, como una gastroenteritis aguda, junto a otros variables como el estrés puede hacer que el paciente sea más susceptible a sufrir el SII y da lugar a lo que se conoce como el Síndrome del Intestino Irritable postinfeccioso.

Así, desde la FEAD señalan que se pueden distinguir tipos distintos de síndrome del intestino irritable:

  • Aquellos donde predomina la diarrea
  • Otros donde es el estreñimiento el principal síntoma. 
  • El síndrome mixto, que mezcla los dos anteriores. 
  • El indeterminado, denominado así porque no se puede saber si predomina la diarrea o el estreñimiento. 
  • El postinfeccioso, que normalmente suele ser de tipo diarreico.

El doctor Santos señala que “alrededor del 35% de los casos diagnosticados son de diarrea y estreñimiento y el 10% corresponde al postinfeccioso”.

El estrés es uno de los factores que más influyen en la aparición de este trastorno digestivo. Adobe Stock.

¿Cómo se diagnostica el síndrome del intestino irritable (SII)?

La forma en la que los especialistas diagnostican el SII se basa en repasar la historia clínica del paciente comprobando si cumple determinados criterios (los criterios Roma IV), como si sufre alteraciones en las deposiciones o pérdida de peso involuntaria. 

No obstante, tal y como recalca el doctor Santos “la experiencia del médico es muy importante para determinar si es suficiente con las características clínicas o es necesario hacer pruebas”, entre las que se encuentran analíticas, exploraciones radiológicas o endoscópicas.

Aun así, la tendencia hoy en día es “hacia el diagnóstico positivo”, siempre que los síntomas coincidan con los esperados y el paciente se encuentre dentro del grupo de edad predominante, menores de 45-50 años.

El síndrome del intestino irritable lo padece 1 de cada 10 personas en nuestro país Foto de Andrew Neel: https://www.pexels.com/es-es/

Una patología con muchas oportunidades terapéuticas

Ya hemos visto que la calidad de vida de estos pacientes empeora mucho cuando debuta la enfermedad.

Pero, afortunadamente, el síndrome del intestino irritable, “es una de las enfermedades con mayores posibilidades de tratamiento”.

  • "Sin embargo, no hay un tratamiento único para tratar el SII”, sino que muchas veces es un conjunto de diferentes modalidades de tratamiento, “desde técnicas naturales, hasta medicamentos y/o cambios en la dieta”, explica el doctor Santos.

Como trastorno digestivo que es, lo que comemos es determinante. Así, para aliviar los síntomas los especialistas recomiendan:

  1. Evitar las grasas, que es la más habitual.
  2. Pero también señalan que es esencial no caer en dietas “demasiado restrictivas” que puedan desencadenar “otro tipo de patologías intestinales”.
  3. Otros tratamientos que se deben aplicar son aquellos relacionados con el control del estrés, como practicar yoga o deporte de forma diaria.
  4. A esto hay que sumarle la mejora del resto de hábitos de vida saludables (alcohol, tabaco) y tratar de respetar las horas de sueño. 

Trtamientos farmacológios del intestino itrritable

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Además de todas estas pautas, los pacientes con síndrome de intestino irritable también cuentan con tratamientos farmacológicos, que van desde los “suplementos alimenticios hasta fármacos de primera línea como la fibra o los espasmolíticos, laxantes, antidiarreicos, etc”. 

  • Un caso especial son los pacientes que ya presentan síndromes complejos con predominio de dolor y asociación con otros trastornos como el síndrome de fatiga crónica, ansiedad o depresión o fibromialgia “con los que podemos probar con medicamentos como neuromoduladores”, aunque señala el experto, “se necesita saber cómo manejarlos”.