El consumo de cocaína en la Unión Europea se ha estabilizado en el último año tanto en España, el país comunitario donde más extendido está el uso de esta droga, como en el resto de la UE. Así lo indica el informe anual presentado ayer en Bruselas por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, que también destaca la evolución "preocupante" de la heroína.

Según el director del Observatorio, Wolfgang Gotz, existe un nivel de estabilidad general y algunos indicios positivos, "pero el nivel de consumo se mantiene elevado" y no ha habido mejoras en cuanto a cocaína y heroína, "las dos drogas con mayor impacto en la sanidad y la seguridad".

La cocaína sigue siendo el estimulante más popular en Europa y España continúa a la cabeza en el consumo de esta droga. Frente a estas conclusiones del estudio, la delegada del Gobierno español para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, afirmó ayer que, aunque España tiene una de las cifras más altas de consumo de cocaína, los últimos datos reflejan un descenso. Argumenta que el análisis presentado en Bruselas "no está basado en las últimas encuestas realizadas", que hablan de la bajada en el consumo de cannabis en seis puntos y de la cocaína en tres.

El informe destaca también que a la habitual ruta de entrada de esta droga en Europa -envíos a través de América del Sur, Central o el Caribe- se han sumado vías alternativas, como África Occidental y Septentrional o Europa del Este.

El uso del cannabis, según las conclusiones del estudio, ha experimentado "un cierto retroceso" con respecto al año 2000, sobre todo entre la población más joven, lo que significa "un cambio sobre la tendencia creciente" de los últimos años.

En España, la prevalencia del consumo de cannabis ha descendido "de forma moderada", hasta el punto de ser superado por Italia. Un 10,1% de los españoles afirmó haber consumido cannabis en el último año y un 7,1% en el último mes, mientras que en Italia, estos porcentajes ascienden al 14,6% y al 7,2% respectivamente.

En cuanto a la heroína, el consumo es "estable pero no decreciente", al contrario que el de las anfetaminas y el éxtasis "que incluso desciende moderadamente".