En la educación de un niño, tan importante como crear hábitos de conducta es que sus padres jueguen con él y premien sus aciertos, así lo asegura la psicóloga Rocío Ramos, La Supernanny española, que dará una conferencia mañana en el Centro Cívico de Os Mallos.

-Los casos de los niños con los que trata en el programa, ¿son similares a los que pasan por su consulta o se buscan los más conflictivos?

-En el programa se ven casos totalmente cotidianos. Sólo hay dos requisitos, que no exista trastorno y que la familia no esté siendo intervenida por otro profesional. Lo que pasa es que en la emisión se muestran las conductas inadecuadas de los niños, no todo el proceso que vivimos en los 15 días, ya que sería algo infumable por televisión.

-¿Cuáles son los problemas más comunes que detecta?

-Entre los 0 y los 3 años suelen verse malos hábitos de sueño, de alimentación y las típicas rabietas. De los 6 a los 8, hay problemas con las normas y los límites, que no los tienen bien marcados, y más adelante suele haber carencias en los hábitos de estudio.

-Hay expertos que relacionan las horas de sueño con el comportamiento de los niños, ¿qué otros factores influyen?

-La falta de normas y límites, de hábitos y rutinas y, sobre todo, la carencia de un tiempo de calidad con los padres. Esto es algo fundamental, por mucho que se trabaje siempre puede encontrarse un tiempo dentro de las rutinas diarias, al comer, al bañar al niño, al acostarlo, e incluso al jugar, jugar es esencial.

-¿Qué técnicas recomienda a los padres para una buena educación de sus hijos?

-Reforzar los buenos comportamientos, alabar lo que el niño hace adecuadamente para que lo repita. Es bueno empezar con premios, ya que la motivación al principio viene desde fuera, y luego retirarlos, pues no los necesitarán toda la vida. Por ejemplo, a un niño no le gusta bañarse por el hecho de estar limpio, sino porque sus padres juegan con él en la bañera y le cuentan para qué sirve lo que está haciendo, hasta que llega un momento en que el pequeño lo entiende.

-En sus terapias, ¿se busca el cambio del niño o que los padres aprendan a tratarlo?

-La actitud de los padres es fundamental para que los niños modifiquen su conducta, y si estos se portan mejor los padres se sienten tranquilos y recuperan los objetivos que tenían en la educación de sus hijos. Todo es circular.

-¿Es real el comportamiento de los niños frente a las cámaras?

-Los niños tienen una gran capacidad de adaptación y, en los 15 días que pasamos con ellos, tienen tiempo de sobra para familiarizarse tanto con las cámaras que llegan a pasar desapercibidas y actúan con normalidad. Además, intentamos que los cámaras no mantengan una relación con el niño, por lo que no llaman su atención y se dan reacciones espontáneas.

-En su conferencia aconsejará a los padres que dejen aburrirse a sus hijos...

-Los padres siempre están muy pendientes de que los niños no se aburran, pero hay que permitírselo. Aburriéndose desarrollan su autonomía, aprenden a gestionar el tiempo de ocio y buscan solucionar sus problemas mediante la creatividad y la imaginación, con lo que terminan por no aburrirse y además aprenden.