La protesta ciudadana de los vecinos portugueses de Valença do Minho fue masiva ayer para reclamar el mantenimiento del servicio de urgencias en el centro de salud, amenazado por la orden de cierre dada por las autoridades sanitarias portuguesas, como medida de ahorro. Cientos de banderas españolas fueron ondeadas al viento por los participantes en la concentración, parte de los cuales pudieron lograr el objetivo que se habían marcado: alcanzar el puente internacional sobre el río Miño con sus vehículos en marcha lenta, con banderas de España, pitos y bocinazos.

La mayor parte del centenar de automóviles, quedó retenida en el centro de la ciudad portuguesa, al cortar los accesos el amplio dispositivo policial que también pudo verse desplegado con vehículos y agentes de la Guardia Civil en el puente internacional y entorno.

¡Viva la España! era el eslogan o grito de guerra más escuchado ayer en la concentración y marcha. Una vecina contaba que "he participado nueve días seguidos en las protestas, porque las urgencias son nuestras. Es triste pasear a los enfermos", decía, refiriéndose a que las urgencias más cercanas en Portugal son las del centro de salud de Monçao, distante a 25 kilómetros. Si la entidad de la dolencia lo requiere, el paciente tiene que volver sobre sus pasos y dirigirse al hospital de Viana do Castelo, a 51 kilómetros de Valença. Por eso, no es de extrañar que vean más cercana y posible la atención sanitaria en la ciudad vecina de Tui. El apoyo manifestado por su alcalde a los pacientes valencianos, generó la colocación de banderas españolas en ventanas y balcones, y los vivas a España. "Mi madre está enferma en cama y defiendo a las personas enfermas viniendo aquí", decía Eugenia, otra de las manifestantes con bandera.

El presidente de la Cámara de Valença, Jorge Mendes, informó ayer que tras instar ante la ministra y el Jefe del Estado luso que se mantenga el servicio, después de ver como en los últimos años lo desmantelaban, ahora centra sus esfuerzos para que se refuerce urgencias en el hospital de Viana, donde hay que esperar hasta 4 horas, y pide que las ambulancias trasladen allí a los pacientes en lugar de ir a Monçao.

El Ministerio luso de Sanidad aseguró que la atención a los ciudadanos de Valença está garantizada con la nueva reestructuración, y medios oficiales vincularon las protestas con los intereses políticos de la oposición al Gobierno socialista.

El Ejecutivo del primer ministro, José Sócrates, aprobó el mes pasado un plan con severas medidas de ahorro en el sector público, incluida la congelación salarial de los funcionarios y la venta de empresas y acciones del Estado, para reducir el déficit en las finanzas nacionales.

La reestructuración sanitaria, que Sócrates acometió ya en su primer Gobierno (2005-2009), levantó también sonoras protestas.