La política no es buena para la salud. La vida parlamentaria, por sedentaria y con picos de tensión elevados aunque esporádicos, no sienta bien a la salud. Al menos es la consecuencia del estudio Tu corazón es vital realizado la semana pasada en el Parlamento gallego por la Sociedad Española de Cardiología a 70 personas habituales de la Cámara. El 81% presenta al menos un factor de riesgo cardiovascular, diez puntos más que el año pasado.