La herencia genética es determinante no sólo en la predisposición a sufrir lupus eritematoso sistémico, sino también en el patrón de la enfermedad. Ésta es la principal conclusión de un estudio en el que han participado pacientes de nueve países europeos, dirigido por el doctor Antonio González, investigador asociado al Servicio de Reumatología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). Las diferencias genéticas en los fenotipos de la población de los países del norte de Europa (Alemania, Holanda, Hungría, Eslovaquia y República Checa) y del sur (España, Grecia, Portugal e Italia) explican la mayor o menor gravedad del lupus -enfermedad que puede afectar a cualquier parte del organismo- y también sus distintas manifestaciones en una y otra subdivisión.

Las conclusiones de este estudio europeo coinciden además con los datos de un estudio similar publido el pasado año en Estados Unidos, por lo que según González, se constata que la genética es un factor determinante tanto en la aparición de la enfermedad como en las manifestaciones de esta enfermedad. "El estudio de EEUU analizó a pacientes que vivían en la misma ciudad y se detectó por marcadores genéticos de dónde provenían, y según su procedencia presentaban unos u otros síntomas. Esto permitió descartar el factor ambiental como factor de la enfermedad", explicó el médico del CHUS.

La investigación dirigida por el doctor González concluye que los europeos de países del norte son más propensos a sufrir fotosensibidad, con eritemas en la piel, mientras que entre los habitantes del sur la artritis tiene una prevalencia un 10,7% mayor que en los países del norte. "Ahora estamos seguros de que la herencia genética, que es variable en la población europea del norte y del sur, influye en la frecuencia en la que los pacientes con lupus tienen artritis y fotosensibilidad", explicó el director de la investigación, realizada entre 1.500 pacientes de nueve países europeos.

El lupus eritematoso sistémico afecta en España a cerca de 40.000 personas según el estudio Episer, realizado por la Sociedad Española de Reumatología. Se trata de una patología autoinmune que se presenta de múltiples formas, lo que dificulta su diagnóstico. "Se trata de una enfermedad compleja porque se puede presentar de forma muy variada y puede tener también una evolución muy distinta, y de momento, no hay indicios de por qué es tan variable. Hay pacientes con lupus que no manifiestan ningún síntoma en común, a uno le afecta al riñón, los pulmones y la piel, y a otro a las articulaciones y a la sangre", explicó el médico gallego. Por esta razón, González reconoció que es difícil dar con el diagnóstico del lupus. "Muchas veces se llega al diagnóstico por eliminación de otras patologías", matizó.