La diócesis de Teruel y Albarracín ya no está vacante. La Santa Sede comunicaba ayer que Benedicto XVI ha nombrado al sacerdote Carlos Manuel Escribano Subías, de 46 años y natural de la localidad coruñesa de Carballo, nuevo obispo de Teruel y Albarracín.

El prelado será ordenado a finales de septiembre en la catedral de Teruel, aunque la fecha todavía está por concretar con la Nunciatura Apostólica, según él mismo declaraba a la cadena Cope.

Nacido en Carballo en 1964, Carlos Manuel Escribano Subías estudió en el seminario mayor de Lérida y fue enviado a Roma para completar sus estudios, donde obtuvo la Licenciatura en Teología Moral por la Universidad Pontificia Gregoriana. Realizó estos estudios entre 1994 y 1996.

Carlos Manuel Escribano fue ordenado sacerdote por la archidiócesis de Zaragoza en 1996. Desde ese año y hasta el 2000 fue Vicario parroquial de Santa Engracia, en Zaragoza. Desde entonces y hasta 2008, fue párroco de El Sagrado Corazón en la misma localidad. Asimismo, entre 2006 y 2008, fue patrono de la Fundación de la Universidad San Jorge y desde 2003 hasta 2010 ha sido Consiliario del Movimiento Familiar Cristiano.

En la actualidad, el sacerdote Escribano Subías mantenía diferentes obligaciones. Era Vicario episcopal del Sector Centro, profesor del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón, consejero de la Delegación Episcopal de Familia y Vida, consejero de la Asociación Católica de Propagandistas, patrón de la Fundación San Valero y párroco de Santa Engracia. El sacerdote gallego, recién nombrado obispo, pasa a ocupar la vacante existente en la diócesis de Teruel y Albarracín, desde que José Manuel Lorca Planes fuera nombrado obispo de la diócesis de Cartagena, en agosto del pasado año.

Desde entonces y hasta la ordenación del nuevo obispo, monseñor Lorca Planes continuará como administrador apostólico de Teruel. Monseñor Lorca estuvo a cargo de la diócesis turolense desde el año 2004.

En declaraciones a la cadena Cope, el sacerdote coruñés aseguró recibir el cargo "con mucha alegría y gratitud" y asegura que aunque en un principio "pueda parecer complicado", la gente de Teruel "es extraordinaria" y los sacerdotes tienen "muchas ganas de llevar el evangelio a la sociedad", por lo que la tarea "será sencilla y grata" a pesar de los obstáculos "que puedan presentarse".

El recién nombrado obispo quiso también destacar el importante papel que tienen la familia y los jóvenes tanto para la Iglesia como para la sociedad y declaró que "ellos son la esperanza".