El Vaticano debate la posibilidad de adelantar la edad a la que los niños católicos reciben la primera comunión. El Cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la congregación para el culto Divino y encargado, por lo tanto, de los sacramentos, publicaba en L'Observatore Romano el domingo pasado un artículo en el que defendía que los niños reciban la primera comunión incluso antes de los siete años.

El cardenal señalaba para justificar este adelanto que los niños ahora crecen en un ambiente "más adverso". Así, proponía recuperar la norma impuesta por Pío X en un decreto de 1910 que establecía la edad de la primera comunión en los siete años, por considerar que era cuando se adquiría el uso de razón.

En España, salvo excepciones, la comunión se recibe cerca de los nueve o diez años, después de haber pasado por dos o tres años de catequesis.

Entre los párrocos coruñeses hay diversidad de opiniones: mientras unos defienden que, de modificarse la edad establecida, debería tenderse a retrasarla; otros consideran que a los siete años se puede estar preparado. En lo que todos los consultados coinciden es en la importancia de que el niño sea lo suficientemente maduro y consciente de lo que significa la primera comunión.

El teólogo Torres Queiruga señala que "en principio, habría que tender al retraso de la edad para que los niños culminasen el proceso de educación cristiana". Queiruga, no obstante, indica que "es fundamental el ambiente en el que se crían los niños. En un ambiente que no sea bueno, la primera comunión puede quedar en una cosa folclórica".

En esta línea se expresa también Luis Rodríguez Patiño, párroco de Xestoso, que opina que muchas veces las comuniones son "sólo un acto social". Rodríguez Patiño cree que "a los siete años un niño no se da cuenta de lo que significa", y explica que "en otros países la edad se ha retrasado a los doce para que estén más preparados".

Antonio Rodríguez, párroco de Os Rosales, sostiene que la medida podría tener "sus ventajas y sus inconvenientes". Rodríguez explica que coincide con Cañizares en su opinión de que "es cierto que las circunstancias han cambiado" aunque, matiza, "generalizar no es bueno".

Rodríguez considera que todo depende de la familia del niño. "Si recibe la Comunión siendo más pequeño y la familia le sigue educando en la fe, es positivo; pero, si no van a seguir inculcándole la fe, da un poco igual en el momento en el que se haga", y añade que lo fundamental es que el niño "se dé cuenta de lo que significa recibir este sacramento".

José Ríos, párroco de Santa Lucía, explica que, aunque no ha leído todavía el artículo del cardenal en L'Observatore Romano, le parece una "buena medida" y aclara que "a los seis o siete años el niño ya está bien preparado para recibir la comunión".