Los relojes se atrasan esta noche una hora para dar inicio al horario de invierno, un cambio que genera alteraciones en las hormonas producidas por el cerebro y que puede tener efectos sobre el comportamiento humano. A las 03.00 horas de la madrugada las manecillas deberán cambiarse a las 02.00 horas, una medida que obliga a todos los países de la Unión Europea y cuyo fin es el ahorro de energía.

El cambio de horario trae consigo también una modificación en las horas de luz que, aunque pequeña, no pasa desapercibida para el cerebro, explica Ricardo Martínez Murillo, investigador del CSIC. La causa está en un cambio de los niveles de hormonas que se producen en un núcleo del cerebro ante las modificaciones de la luz.