El miedo y la inseguridad ante un futuro laboral nada esperanzador en los tiempos que corren crean desánimo y desmotivación en muchos jóvenes que han terminado sus estudios universitarios, según explica la vicesecretaria del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia, María Concepción Prado Álvarez. La especialista anima a los que se encuentren en esta situación a que se adapten a las circunstancias, busquen todas las posibles salidas que ofrece su carrera y aprovechen las oportunidades que se les presenten.

-¿Cómo repercute la inestabilidad laboral en el estado de ánimo de los recién titulados?

-La mayoría de los jóvenes cuando terminan su formación universitaria no saben qué hacer con su vida, lo que llevado a extremos, puede provocar un importante deterioro de la identidad de la persona. El hecho de que predominen las ofertas temporales también ocasiona falta de autoestima e inseguridad en algunos casos. Además, puede aparecer el sentimiento de culpa por el cambio o la pérdida de empleo, aunque no siempre dependa de ellos.

-¿De qué forma reaccionan estos jóvenes ante la imposibilidad de emanciparse?

-Las circunstancias económicas no permiten a la persona que continúe con lo que debería ser su evolución natural, ya que no es normal seguir a los 35 años en la misma situación que se tenía a los 25, eso te vuelve más inmaduro. Tampoco hay que obsesionarse con la emancipación porque la dependencia de los padres no suele desaparecer con el primer empleo.

-¿Cómo afecta a la autoestima el hecho de trabajar en un puesto para el que se está sobrecualificado?

-Es normal sentirse desmotivado al pararse a pensar que después de tantos años y tanto esfuerzo en la universidad, el panorama actual obliga a conformarse con lo que sea, pero hay que ver cada trabajo como una forma de incorporación laboral y de obtener ingresos, sin perder de vista nuestros objetivos y expectativas.

-¿Qué recursos existen para afrontar estas situaciones?

-Al acabar la carrera debe haber un periodo de transición antes de la salida al mercado laboral para ver todos los recursos, ya sean becas o cursos que permitan al recién titulado seguir hacia delante y no encerrarse en casa. Si la búsqueda de empleo se complica hay que plantearse nuevos objetivos y sobre todo buscar refugio en las relaciones personales y sociales.