El periodista coruñés Luis Mariñas, que falleció el pasado lunes, será incinerado hoy a las 13.00 horas en el Tanatorio de la Paz de Tres Cantos, en Madrid. Antes habrá una misa funeral que se oficiará a las 12.00 horas en la capilla del recinto. Los restos del conocido comunicador serán trasladados hasta A Coruña, su ciudad natal, tal y como era su deseo.

Durante todo el día de ayer, familiares, amigos y compañeros de profesión visitaron la capilla ardiente del periodista, de 63 años. Hasta el tanatorio, se desplazaron el ex ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, y numerosos periodistas como Andrés Aberasturi, Pedro Piqueras, Paco Lobatón, J.J.Santos, Pepe Ribagorda, Fernando Jáuregui, Jordi García Candau o Rosa García Caro, entre otros.

Virgilio Zapatero señaló que Mariñas, que fue su asesor en el Ministerio, "puso el rostro a toda una época de la vida pública en España" y aseguró que la gente de su generación recordará siempre su imagen en televisión. Zapatero expresó su admiración y cariño por Mariñas, que fue "un gran profesional" y fue "un gran amigo", al que siguió viendo durante largos años de "una vida profesionalmente muy rica", algo más complicada en los últimos tiempos.

"Se nos ha ido muy pronto, demasiado pronto", sostuvo Paco Lobatón, visiblemente emocionado, quien reconoció la dificultad de hablar de Mariñas, un compañero con quien compartió no sólo la profesión, sino "una época de muchas ideas y de bastantes causas compartidas".

El presentador de Telecinco Pepe Ribagorda también lamentó la pérdida de "un gran profesional", "una gran persona" y "un personaje único", que orientó su carrera, que le inculcó "un sentido ético de la profesión magnífico" y que demostró "una gran capacidad para revolucionar la información". Por su parte, Fernando Jáuregui destacó que Mariñas era "un gran innovador de la televisión" y afirmó que le está muy agradecido porque pudo expresar libremente sus opiniones en el informativo que él inventó y que incluía información y opinión.

Mariñas tenía un gran vínculo con A Coruña, donde volvía cada año para ver a su familia y a sus amigos. Además, en varias ocasiones llevó a la ciudad a sus compañeros.