El actual secretario de la facultad de Informática de A Coruña, Jorge Graña, fue alumno de la primera promoción de informáticos que se licenciaron en el centro coruñés, que cumplirá el próximo marzo un cuarto de siglo. La idea de crear en A Coruña un edificio para los estudios de Informática surgió entre 1983 y 1985. De esta demanda se hizo eco el profesor Alfredo Bermúdez de Castro, vicerrector de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), quien consiguió que el rectorado convocase una reunión para debatir la cuestión, en la que participaron académicos y profesionales.

La institución compostelana fundó, en 1986, la escuela universitaria de Informática de A Coruña como primer paso para la creación de una facultad. El centro comenzó su andadura en algunas aulas y locales que les cedió la escuela de Aparejadores. Incluso se llegó a compartir un despacho entre cinco profesores y el alumnado se examinaba en tableros de dibujo. Jorge y sus casi cincuenta compañeros fueron los primeros que en 1989 se diplomaban en Informática por la USC. Pasó un año sabático que aprovechó para hacer el servicio militar y, en 1990, cuando se implantó la licenciatura en A Coruña, las dos promociones de diplomados en esos dos años se volvieron a reunir para cursar 4º y 5º curso para finalizar sus estudios.

Aunque las dotaciones habían mejorado bastante, todavía no tenían un edificio propio y los dos últimos años recibían las clases en la facultad de Económicas y Administración de Empresas.

Graña inauguró como profesor el nuevo edificio, que se abrió en 1993 en el campus de Elviña, al igual que muchos de sus compañeros de promoción. El informático reconoce que desde entonces hasta hoy las cosas han cambiado mucho. Cuando Jorge comenzó sus estudios apenas eran 50 alumnos en la escuela y hoy en día, la facultad cuenta con unos 2.000 matriculados, que la convierten un uno de los centros con más estudiantes del campus coruñés.

Según el secretario de la facultad, en su etapa como estudiante había pocos informáticos capacitados para impartir las asignaturas del plan de estudios, y "algunos incluso venían de Madrid", porque esta titulación todavía era muy reciente. Para Graña, esto explica que en las empresas fuesen los físicos, los químicos y los licenciados en telecomunicaciones los que asumían las funciones de los informáticos.

"La dificultad para encontrar el profesor que se adaptase al perfil buscado provocó que algunas materias comenzasen en febrero y que tuviésemos sólo dos o tres meses de clase", recuerda Jorge. Esa situación es impensable hoy en día, "con casi un centenar de docentes, prácticas desde el primer día y un plan de estudios con gran parte de asignaturas cuatrimestrales", añade.

En cuanto a las herramientas informáticas, la expansión de internet en 1995 supuso "un cambio bestial". En los últimos cursos, Jorge comenzó a navegar por la Red o a usar el correo electrónico y por aquel entonces, ya "se podía intuir que llegaría un momento que con un ordenador conectado a internet se podría descargar material, pero nunca pensamos que en tan poco tiempo y a este nivel".

El nacimiento de Linux a principios de los 90 fue otra revolución porque permitió el desarrollo del software libre, de tal forma que el alumno puede instalar determinados programas en su computador y trabajar desde casa, aunque "se compren algunas licencias". Graña también explica que con Linux se incorporaron herramientas para programar de forma más segura.

La generación de Jorge trabajaba con los Amstrad, los ordenadores de moda y usaban disquetes para almacenar la información, pero "si se compara su capacidad y memoria con los aparatos modernos, las cifras suenan a risa", indica el informático coruñés.

En poco tiempo, la informática "se ha popularizado y ya no se concibe sin las comunicaciones". "Antes teníamos sólo una asignatura dedicada a las redes de comunicación y hubo que adecuar los contenidos debido a la aparición de nuevos servicios como la información multimedia", aclara el docente de la facultad de Informática. Como afirma Jorge Graña, hoy "la mayoría de los dispositivos son digitales y por eso se requieren profesionales que sean capaces de programar los servicios más recientes".