La sumiller Eva Pizarro García, del restaurante compostelano Acio, no sólo ha conseguido llegar a la final nacional de la vigésima edición de la Nariz de Oro imponiéndose a más de sesenta catadores, sino que lo ha hecho con la mejor clasificación de la cuarta semifinal. Ahora, la sumiller, la única representante de Galicia en la final, se prepara para la última fase del certamen, que se celebrará en Madrid el próximo mes de junio.

"Es la primera vez que me presento a una cata y lo hice para conocer cómo es su dinámica", reconoció ayer la finalista de Galicia, que aseguró que ahora que ha pasado esta fase, se empleará a fondo para hacerse con el título de Nariz de Oro.

Con ocho años de experiencia como sumiller, Eva Pizarro sostiene que el secreto de un buen catador es conocer el producto y posicionarse con el cliente para poder aconsejarle. Esto en la sala, porque para tener una "nariz de oro" se requieren otras cosas. "Es como en cualquier otra profesión: estudiar mucho, probar mucho, viajar y estar pendiente de todas las novedades", comentó.

La gran prueba, la que decidió su paso a la final fue una copa negra que escondía un vino de las bodegas Azpilicueta, de La Rioja, que los participantes tuvieron que identificar sólo con el olfato, sin catarlo. "Fue complicado porque no sabíamos siquiera si era un blanco o un tinto. Además tuvimos que contestar una serie de preguntas teóricas sobre vino", reconoció la finalista. De los sesenta participantes en la semifinal, sólo cinco fueron capaces de reconocer el caldo, y pasar así a la final, en la que competirán una treintena de sumiller de toda España.

La sumiller, natural de Valencia pero que vive en Santiago, aseguró que las mujeres gozan de un justo reconocimiento en el mundo del vino.