-¿Está de acuerdo con la preselección para optar al programa Severo Ochoa (doce centros catalanes, siete madrileños, uno andaluz, uno canario y uno valenciano)?

-Se premia la excelencia y, desgraciadamente, en Galicia hay grupos excelentes pero no acogidos a las normas y valoraciones o grupos como el de Ángel Carracedo, de máximo prestigio internacional, que por la razón que sea no se han presentado. Mi pequeña crítica es que los seleccionados ya son excelentes, por lo que la diferencia con otros va a ser cada vez mayor. Cada vez serán más excelentes pero a costa de que otros grupos que pretenden la excelencia no la puedan alcanzar.

-¿En que consisten los servicios que el Cesga presta a los cinco usuarios preseleccionados para las ayudas del Ministerio?

-Es para la simulación y la modelización numérica. Son tecnologías que se utilizan desde los años 60 para reproducir o simular eventos de la naturaleza, de la sociedad, de la economía... Todo lo que es reproducible mediante ecuaciones numéricas. Por ejemplo: las pruebas en que se estrellan coches contra la pared para ver la seguridad, que es algo carísimo. Eso puede hacerse por ordenador. Además de cálculo, ofrecemos conectividad, para acceder a una gran capacidad de mover datos, y almacenamiento, que además garantiza que no habrá filtraciones.

-¿Y en qué ayudó el Cesga al CERN, el centro suizo donde se encuentra el colisionador de partículas que ha logrado recrear a pequeña escala el Big Bang?

-El CERN está tratando de localizar el bosón de Higgs, la partícula en la que se sustenta toda la Física Fundamental actual y en la que hoy está basada la ciencia. Si no aparece esa partícula, habrá que replantearse toda la ciencia física que tenemos en este momento. Lo que hace el acelerador de partículas es que choquen entre ellas y, como consecuencia del choque, se hacen añicos y se producen partículas más pequeñas, y entre ésas es donde se pretende localizar el bosón de Higgs. Sabemos que esas partículas chocan porque se recoge un montón de información a través de campos magnéticos. Pero es una información brutal, ingente, que hay que procesar toda y que hay que analizarla. Y para eso se utiliza la supercomputación. El Cesga junto a otros 80 centros de todo el mundo analizan los datos que se envían todos los días desde Ginebra y que coordina el grupo de Física Fundamental de la Universidade de Santiago.

-Además del trabajo con el CENR, ¿en qué otros grandes proyectos está inmerso el Cesga?

-Con el Instituto Español de Oceanografía vamos a estudiar la evolución de los bancos de pesca en la cornisa cantábrica. También, con Puertos del Estado, estudiaremos los movimientos de masas oceánicas desde el Mar del Norte hasta el sur del Sáhara para ver cómo afecta a la salinidad, las temperaturas y la seguridad marítima.

-El Cesga no solo ofrece sus recursos a investigadores, sino que tiene sus propios proyectos de investigación. ¿En qué trabajan ahora?

-Estamos fundamentalmente trabajando en diseños de nuevos lenguajes de programación para nuevos superordenadores. Los superordenadores que existen no pueden dar solución a problemas que les son inabordables.

-¿Como cuáles?

-Aún no se puede predecir la meteorología a nivel planetario, o simular con precisión el sistema circulatorio del ser humano. Son grandes retos de la supercomputación que no podemos resolver ni todos los supercomputadores juntos. Hay que diseñar nuevos lenguajes de programación y sistemas de gestión.