Un juzgado de Santiago ha estimado parcialmente el recurso presentado por los familiares de un paciente del hospital vigués Povisa, que falleció tres días después de recibir el alta médica por un tromboembolismo, y condena al Servicio Galego de Saúde (Sergas) a indemnizar a la mujer, los hijos y la hermana del paciente con algo más de 132.000 euros.

Según la sentencia, que hizo pública ayer la Asociación del Defensor del Paciente, este vecino de la comarca do O Morrazo, de 59 años, ingresó en Povisa en abril de 2002 por una hipoglucemia y, tras varios días ingresado, recibió el alta. Tres días después, el hombre apareció muerto en su domicilio y, según la autopsia, el fallecimiento se debió a un tromboembolismo pulmonar masivo.

Los informes periciales pusieron de manifiesto que este desenlace podría haberse evitado si el paciente hubiera recibido el tratamiento adecuado para una ascitis -acumulación de líquido en el abdomen- que sí fue diagnosticada. Según los peritos consultados, si se hubiera seguido el protocolo, se habría solucionado el problema de fondo.

De este modo, la familia del paciente denunció que se había producido un error en el diagnóstico, que tuvo como consecuencia que no se le realizaran las pruebas adecuadas ni se le pautara el tratamiento correspondiente. En este sentido el abogado de la familia denunció que tampoco se investigaron en el centro hospitalario ni la tos de varios días de evolución, ni los roncus diseminados detectados en la exploración al ingreso, y que apuntaban a una patología pulmonar, bronquial o cardiaca. El texto judicial concluye que durante su ingreso, el paciente lo único que hizo fue empeorar.

La sentencia, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza, establece que el Sergas debe indemnizar con 8.806,35 euros a cada uno de los hijos del fallecido; con 105.676,22 euros a su mujer; y con otros 8.806,35 euros a la hermana.