El buque oceanográfico Ramón Margalef parte hoy desde Vigo hacia El Hierro dispuesto a "conocer a fondo y sin prisas" toda la actividad volcánica que ha revolucionado la isla canaria en los últimos días. La nave del Instituto Español de Oceanografía (IEO) -que se estrena con esta misión- cuenta con el robot submarino (ROV: Remote Operated Vehicle) más moderno de España. Su tecnología puntera está diseñada para estudiar la geología marina, oceanografía física y química, biología marina, pesquerías y control medioambiental.

Los técnicos se afanaban ayer en instalar el ROV, bautizado como Liropus 2000, recién llegado de Ferrol por tierra. "Solo la cabina donde se visualizan las cámaras pesa 15 toneladas, por lo que el montaje es complejo", relataba el coordinador de equipamiento del IEO, José Ignacio Díaz.

Hoy, antes de partir la nave con una tripulación de 12 personas -la mayoría gallegas- realizarán una prueba para asegurarse de que todo funciona correctamente. "Hay que tener en cuenta que esta es una nave nueva, de solo tres semanas, y lo más lejos que hemos ido con ella es a A Coruña. El tema del volcán ha precipitado todo y estamos trabajando a marchas forzadas y con bastante presión", explica Díaz, que insiste en que el trabajo que tienen que hacer "es muy serio y se requiere tiempo" y asevera: "No podemos precipitarnos".

El Liropus es un vehículo controlado por cable que puede alcanzar una profundidad de 2.200 metros. Las primeras pruebas se realizaron el año pasado. "Estudiamos la dinámica en cañones submarinos, pero ahora el ambiente es hostil: un volcán activo", advierte el geólogo. Posee dos herramientas: una cámara de alta definición y otra de muy baja luminosidad, así como dos brazos para toma de muestras. "Además, su sistema de sondas multihaz -que capta imágenes en tres dimensiones en un radio de tres kilómetros- es muy bueno y, solo con la navegación, genera una información muy importante que nos permite conocer la estructura del fondo". El Gobierno mantiene el nivel máximo de emergencia (el 1) en el área herreña de la Restinga porque continúa la actividad volcánica. "Nosotros no vamos a arriesgarnos sin necesidad ni poner en peligro el buque; no podemos meternos en la zona de la mancha porque tiene el PH ácido y el buque refrigera sus motores con agua salada", advierte el coordinador. De hecho, el coste del buque está en torno a los 10.000 o 12.000 euros diarios.