Fieles a su estilo, la familia Ortega quiere volver a la normalidad lo antes posible después de que la boda de la hija pequeña del fundador de Inditex, Marta Ortega, con el jinete Sergio Álvarez Moya acaparase durante todo el fin de semana la atención de decenas de paparazzis y curiosos. Por ello, ayer mismo, los operarios comenzaron a desmontar las instalaciones habilitadas en la finca del pazo de Drozo (Anceis) con motivo de la ceremonia. Por su parte, la mayoría de invitados procedentes de fuera de A Coruña abandonaron ayer la ciudad tras disfrutar dos días de un todo incluido en el hotel Hesperia Finisterre a cargo del hombre más rico de España, Amancio Ortega.

Una gran carpa convertida en un original salón comedor -decorado al estilo de un club hípico (con fotografías de la pareja relacionadas con la hípica, el deporte que les unió)-, un pasillo abovedado que comunicaba la entrada -donde se instaló un arco con ramas de cerezos en flor- con la pequeña capilla donde tuvo lugar la misa o una sala con pantallas para que los invitados no perdieran detalle de la ceremonia fueron algunas de las ampliaciones temporales del pazo, ubicado en Anceis (Cambre) con motivo de la boda. Menos de 24 horas después de que finalizase la celebración -que se prolongó hasta bien entrada la madrugada-, los operarios ya trabajaban en el desmantelamiento de las instalaciones. "Ya están desmontando la carpa, pero no se sabe cuanto tiempo les llevará dejar todo despejado", señalaban ayer fuentes de Inditex.

La normalidad también llega poco a poco al Finisterre, donde se alojaron todos los invitados al enlace que no residían en la ciudad, incluida toda la familia del novio, procedente de su Avilés natal. Convertido en un pequeño fortín desde el pasado viernes -desde hacía días era imposible reservar una habitación para los días 17 y 18-, ayer ya era posible hacerse con una habitación para dormir esa misma noche en el único hotel de cinco estrellas de A Coruña.

Después de dos días de celebraciones -el viernes los invitados asistieron a una cena con los novios en el hotel y el sábado a la boda-, los asistentes tuvieron ayer el día libre de actos oficiales. Ni los recién casados ni la familia Ortega organizó ningún evento para reunir de nuevo a todos los invitados. La mayoría abandonó la ciudad a lo largo de la tarde poniendo fin a dos días de festejos. Eso sí, la expectación mediática les acompañaría hasta el final. A primera hora de la tarde todavía era posible ver a varios paparazzis de revistas del cozarón asentados frente al hall del hotel con la esperanza de captar la salida de alguno de los pocos famosos que al final asistieron al enlace. Entre ellos, la soprano Ainhoa Arteta que obsequió a la pareja con la interpretación del Ave María de Gounod en la misa o el modisto americano Narciso Rodríguez que codiseñó el vestido de la novia mano a mano con Marta.

La preocupación de los Ortega por sus invitados también estuvo presente hasta el final. A las 17.00 horas de ayer, cinco monovolúmenes esperaban en las inmediaciones del Finisterre para llevar al aeropuerto a parte de los invitados. Vehículos de alta gama y cristales tintados -para garantizar la máxima discreción- que estuvieron a su disposición todo el fin de semana y en el que muchos se trasladaron hasta el pazo de Drozo.

Fuentes cercanas a la pareja confirmaban ayer que la bautizada con boda coruñesa del año se prolongó hasta las 06.00 horas. Después de la ceremonia religiosa, que se inició tras la llegada de la novia, Marta Ortega, pasadas las ocho de la tarde; los invitados degustaron un menú con productos gallegos y asturianos en honor del lugar de origen de los novios -cuya elaboración corrió a cargo del gallego Marcelo Tejedor y el asturiano Nacho Manzano- y finalizaron la velada, como en cualquier otra boda: con una fiesta en la que no faltó la música.

Tal y como estaba previsto, la boda entre la heredera del imperio Inditex y el mejor jinete español en la modalidad de salto convirtió a la pequeña localidad de Anceis en centro del cuore y congregó a numerosos vecinos todo el fin de semana en el entorno del pazo.

Ahora la incógnita es el destino que Marta y Sergio habrán elegido para pasar su luna de miel, un viaje que la prensa rosa da por hecho que harán en el jet privado del que dispone el fundador del imperio Inditex, Amancio Ortega. Quizás nunca se sepa porque la discreción es marca de la casa Inditex.