Con música, la vida es más fácil. También en Zimbabue, donde hay una alta prevalencia de VIH/sida. Médicos sin Fronteras lleva desde el año 2000 combatiendo el sida en ese país africano, donde se calcula que 1,2 millones de adultos están contagiados por el VIH. La experiencia, sin embargo, les ha demostrado que, con recursos apropiados, se puede combatir la enfermedad. Una lucha que empieza informando a la propia población, que vive atemorizada por el estigma social que genera ser portador del virus. Para hacerlo, la ONG ha puesto en marcha Positive Generation, una iniciativa que tiene como base la principal herramienta de comunicación entre la población zimbabuense: las canciones.

"El proyecto surgió porque Alejandro Sanz, que colaboraba en la campaña de Pastillas contra el dolor ajeno, viajó a Zimbabue, conoció los coros formados por los grupos de apoyo de pacientes con VIH y se quedó maravillado de la calidad musical que tienen. Entonces, se planteó la idea de combinarlo con artistas internacionales, como Andrés Calamaro o Juan Luis Guerra, en una fusión maravillosa", comenta la coordinadora del proyecto, Paula Farias, quien insiste en que Positive Generation es "el resultado de un afán por ir más allá del drama humanitario" que supone la pandemia del sida en África. "Los protagonistas del proyecto son la mejor prueba de que, con tratamiento, llevar una buena vida es posible", subraya Farias.

Para la realización de Positive Generation, que ayer se presentó en la Fnac de A Coruña, Médicos sin Fronteras contó con la colaboración del productor musical Javier Limón. "La grabación fue toda una experiencia. Javier improvisó un estudio en un todoterreno, y nos fuimos por las aldeas a grabar los coros para poder tener música con calidad suficiente", señala la coordinadora del proyecto, que nació con dos públicos claramente diferenciados: la población internacional y los propios zimbabuenses. "En Zimbabue, el sida está muy estigmatizado, y esto provoca que muchos infectados con el VIH no quieran tratarse, ya que ir a por las pastillas les marca socialmente y quedan marginados. Por eso era importante que el proyecto diera voz a los afectados, que los hiciera protagonistas, permitiéndoles cantar junto a estrellas nacionales de la música como Oliver Tuku o Chiwoniso", apunta Farias.

Pero Positive Generation busca expandir su mensaje más allá de las fronteras zimbabuenses, huyendo del mensaje catastrofista que insistía en la imposibilidad de tratar el sida en los países pobres. "Lo que tenemos enfrente es una realidad en la que miles de personas, con su vitalismo y entusiasmo, nos están enseñando que no solo el tratamiento es posible, sino que lo que queda por delante puede y debe ser una vida plena. Y eso es lo que queremos mostrar al mundo, además de insistir en la importancia de que no se recorten los fondos para que la población zimbabuense pueda seguir recibiendo tratamiento y haciendo frente a la enfermedad de la manera que lo hace", indica la coordinadora de este proyecto solidario.

Las letras de las canciones que forman parte del disco Positive Generation incluyen mensajes sobre cómo prevenir la enfermedad, qué medidas tomar en caso de estar contagiado o cómo evitar que una mujer seropositiva embarazada contagie el virus a sus hijos. En el proyecto han colaborado diversas empresas, como el grupo coruñés Inditex, y la Fnac o El Corte Inglés, donde puede comprarse el disco, además de hacerlo a través de la web de Médicos sin Fronteras (www.msf.es).