Si antes solo un tercio de los estudiantes de la Universidad Nacional de Educación a Distancia terminaba la carrera "en tiempo y forma", es decir, en los cinco años si era licenciatura (ahora son cuatro para todos los grados), ahora son más de la mitad. Y es que la crisis también ha dado la vuelta a tendencias consolidadas en los estudios no presenciales, como los de la UNED. Aunque "todavía es pronto para concretar porcentajes", tal y como adelantan desde el Vicerrectorado de Estudiantes de la institución académica, "es evidente que tanto la crisis como la evolución natural del aprendizaje a lo largo de la vida afectan por ejemplo al tiempo en que los alumnos terminan la carrera e incluso al perfil del matriculado: si antes había más prejubilados o funcionarios ahora acuden a inscribirse más desempleados y también jóvenes que aprovechan para combinar estudios con trabajo".

También se han modificado los plazos de inscripción, como muestra de que la persona parada, si decide estudiar, lo hace en cualquier momento del año, no necesariamente pensando en el próximo curso, según el departamento de organización de estudios en el ámbito nacional. Si bien hasta ahora el estudio a distancia era elegido por colectivos como jubilados, para cursar esa titulación pendiente, o por funcionarios, con tiempo libre y ganas para seguir formándose, ahora ganan terreno en la tarta de la matrícula personas sin trabajo, que contribuyen a apurar el plazo de finalización de los estudios.

"Aumentamos número de matriculados a un ritmo del 10% en los últimos años. Cada vez la sociedad es más exigente y el concepto de formación a lo largo de la vida cala más hondo", argumenta Álvaro Jarrillo, vicerrector de Estudiantes. Las estadísticas de matriculación de las sedes en Galicia confirman que la UNED aguanta el tipo frente a la adversidad y en un panorama, el de la Educación Superior, cada vez más competitivo. De hecho, con la nueva normativa del Sistema Universitario de Galicia, las tres instituciones públicas gallegas podrán ofertar estudios no presenciales. Además, la norma abre la puerta a la implantación en la comunidad de otras universidades, ya sean públicas o privadas, opción que hasta ahora no constaba por escrito. El curso pasado el Centro Asociado de la UNED de Pontevedra alcanzó los 6.007 alumnos, la cifra más alta de la institución de las cuatro provincias. A Coruña llegó a los 5.027 y el mayor crecimiento, en volumen de alumnos, lo protagonizó la sede de Lugo, con un 15% más de matrículas (hasta las 2.212) y la de Ourense, que llegó a los 1.516 estudiantes (ver gráfico). En prácticamente todos los centros UNED aún conviven las tradicionales licenciaturas y diplomaturas con los grados adaptados a Bolonia.

Tendencia tradicional

La elección de las titulaciones, teniendo en cuenta los datos de matrícula de los centros asociados en Galicia, sigue siendo "poco arriesgada", en el sentido de que los que dedican estudiar una titulación a distancia, sea por el motivo que sea, optan por una carrera tradicional, tal y como admite el propio vicerrector de Estudiantes ya que se trata de un comportamiento común del alumnado en todo el país. En A Coruña, sin embargo, más de 3.000 estudiantes se matricularon en grados frente a 1.438 en licenciaturas, diplomaturas e ingenierías. En Pontevedra, las titulaciones de mayor éxito siguen siendo: Psicología, Derecho, Administración y Dirección de Empresas, Historia del Arte o Geografía e Historia (consultar gráfico). Lo mismo ocurre, por ejemplo, en Ourense, con más alumnos en Psicología, Derecho, Empresas, Trabajo Social, Educación Social o Pedagogía. La UNED de Lugo, logró el pasado curso aumentar el alumnado en los grados adaptados al Espacio Europeo, que suman más del doble que en los planes antiguos.

"En los últimos tres años hemos notado un aumento porcentual de desempleados y también de peticiones de ayudas al estudio", explica el vicerrector de Estudiantes de la UNED, Álvaro Jarrillo, quien además asegura que el esfuerzo que realizan los alumnos, en términos generales, también es mayor, dedicándole más horas al estudio y esto hace que acaben antes la carrera.

"La sociedad adquiere, de todos modos, una mirada más constructiva, más comprometida que en épocas de bonanza. Y es más exigente tanto con los estudios que recibe como en su propio proyecto personal", expresa Jarrillo. La institución académica cuenta con un fondo social propio para dar ayudas a alumnos que lo necesiten. "Desde violencia de género, hasta personas divorciadas con hijos que precisan un apoyo o cualquier tipo de circunstancia familiar desfavorable; estudiamos caso por caso", apunta el vicerrector de Estudiantes.

Para la concesión de becas la UNED tiene en cuenta el rendimiento del alumno como contraprestación. ¿El lado bueno de la crisis? "Los recursos se gestionan mejor, incluso la gente con los suyos propios", concluye.