Casi cuatro de cada diez jóvenes, el 38%, admiten beber cuando conducen. Este dato supone un 1% menos que en 2010, según los resultados del Programa Noc-Turnos 2011 que promueve la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE). "Es ese 38% que sigue sin ni siquiera admitir esa posibilidad y algunos que dicen que no lo harían pero que eventualmente lo hacen, los que nos seguimos encontrando en las estadísticas de la DGT", afirmó la directora de la institución, María Seguí, quien se mostró preocupada por el dato.

Seguí advirtió de que el verano, las vacaciones y, con ellas, los días de "asueto" son "especialmente nocivos" para ese porcentaje de españoles que "aún no se ha dado cuenta del problema". No obstante, los resultados muestran que el número de jóvenes que afirman que no beberían si van a conducir se ha duplicado con respecto a 2001, momento en que quienes aseguraban que no beberían si fueran a conducir alcanzaban el 34% frente al 62% actual.

Según el estudio, realizado entre unos 530 jóvenes, la actitud responsable aumenta en el caso de las mujeres entre las que el 72% asegura que no bebería si tiene que conducir frente al 54% de hombres; y entre los más jóvenes, de entre 18 y 20 años, de los que un 77% declara no beber si va a coger el coche.

La encuesta revela que desciende la "mala práctica", a juicio del director ejecutivo de la FEBE, Bosco Torremocha, de dejar de beber a lo largo de la noche para después coger el vehículo de un 31% en 2010 a un 21% en 2011, mientras que el 74% de los conductores señalan que optan por no consumir alcohol desde el principio.

En cuanto a los acompañantes, de los datos se desprende que un 81% de jóvenes intenta convencer al conductor de que no coja el coche si ha bebido y que uno de cada dos está dispuesto a buscar un medio alternativo de transporte para no volver a casa con un conductor ebrio. Además, aumenta el peso del grupo de amigos a la hora de decidir quién conduce.