La bombilla incandescente tradicional dejará de fabricarse en todos los estados de la UE a partir del próximo 1 de septiembre, después de más de 130 años de existencia. El objetivo no es solo reducir el consumo energético, sino evitar los residuos generados por estos dispositivos. Expertos sostienen que hoy en día, las incandescentes, "son poco eficientes ya que el 95% de la electricidad que consumen la transforman en calor y solo el 5% restante en luz".