Eric Frattini, experto en las intrigas de la curia vaticana, no tiene dudas de que Benedicto XVI ha ejercido como "buen monje" en detrimento de su labor papal, cargo en el que "se ha dejado comer" por la maquinaria "llena de arpías" del Vaticano. La publicación de Cuervos del Vaticano (Espasa) ha coincidido en el tiempo con el juicio del último escándalo de la familia pontificia, el Vatileaks, en el que el robo y filtración de documentos reservados del Papa por ll corvo acabaron difundidos en distintos medios italianos y con el exmayordomo papal, Paolo Gabriele, condenado a año y medio de cárcel.

"Rodearse de cuervos y dejarse comer por la maquinaria vaticana ha restado poder de decisión a Joseph Ratzinger", según cuenta en una entrevista con Efe Eric Frattini (Lima, 1963), autor de más de una veintena de ensayos, cuatro de ellos relacionados con la Santa Sede, quien asegura que su antecesor, Juan Pablo II, "controlaba todo a la perfección" y tenía agarrada a la curia vaticana "por la tráquea".

"No se movía absolutamente nada sin que él lo supiera", asegura el escritor, quien precisa que este, además de rodearse de dos secretarios de estado fieles, fue un Papa "muy intervencionista políticamente". Según Frattini, Juan Pablo II fue "un buen Papa y un mal monje", mientras que su sucesor está siendo "un buen monje y un mal Papa", un cargo para el que, asegura, dentro de la familia vaticana ya se especula con la posibilidad de que en los cónclaves se pudiese elegir al líder espiritual de los 1.500 millones de católicos, "y no al jefe del Estado Vaticano".

No obstante, en el haber de Ratzinger sitúa el haber sido el primer Papa, después de Juan XXIII, "que se ha arremangado y se ha propuesto dar transparencia" al banco vaticano, cuyos estatutos le permiten operar sin ningún controles, "como un auténtico paraíso fiscal". Eso sí, para ello ha sido necesario que la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, amenazase con incluir al Vaticano en la lista de países a favor del blanqueo de dinero.