El obispo Tauadros se convirtió ayer en el nuevo Papa de la Iglesia copta de Egipto, que data del siglo I d.C., en una ceremonia cuyo punto culminante corrió a cargo de un niño, que lo eligió al azar entre otros dos candidatos.

Tras una misa oficiada en la catedral cairota de Abasiya durante casi cuatro horas, los asistentes acreditados contuvieron la respiración en el momento en que el pequeño Bishoy Girguis se acercó con los ojos vendados a una urna de cristal.

Allí estaban escritos en tres papeletas los nombres de los aspirantes a suceder al fallecido Shenuda III y la mano de Bishoy, que por sorteo acababa de ser seleccionado de un grupo de doce menores, se posó en la de Tauadros.