Las protectoras de animales se encuentran al límite. La crisis provoca que muchos refugios se queden pequeños para acoger a todos los perros que son abandonados y a su vez, los problemas económicos hacen que cada vez menos familias se animen a adoptar una mascota. Lo saben bien en la Asociación Protectora de Animales Domésticos Abandonados del Noroeste (Apadan) en donde, aseguran, viven la peor época desde que abrieron sus puertas en el año 2000. "Estamos desbordados, tenemos 120 perros en el refugio y otros cachorros en casa de gente que nos ayuda, pero no podemos recoger más mientras no haya adopciones, la cadena está parada", indica la presidenta de la entidad, María Díaz, quien añade: "La situación es complicada: hay menos socios, reducen las cuotas e incluso tenemos menos donaciones de empresas de pienso u otras entidades".

La crisis está detrás del descenso de adopciones y por ello, las protectoras de animales se reinventan y ofrecen fórmulas adaptadas a los malos tiempos económicos para ayudar a las mascotas. En Apadán ya utilizan la novedosa fórmula del apadrinamiento. "Tiene mucho éxito. Está pensado para quienes les gustan los perros, pero no pueden llevárselos a casa", sostiene Díaz. Los padrinos -cada perro del refugio sólo puede tener uno- pagan una cuota mínima de 10 euros al mes y a cambio, pueden visitar al animal en el centro o pasar todo un día con él, y recibirán noticias periódicas sobre el perro elegido. "Es muy frecuente en familias con niños porque así pueden tener contacto con los animales. Además es una vía para fomentar las adopciones porque muchos padrinos finalmente deciden llevárselo para casa", indica María Díaz.

Otra novedosa alternativa a la adopción es la acogida. La diferencia radica en que no todos los perros que viven en el refugio pueden acogerse y que en estos casos, Apadán corre con los gastos del veterinario. "Se trata de perros mayores o que tienen alguna enfermedad crónica y por ello nos hacemos cargo de estos costes", indica María Díaz, quien lamenta que este programa "no tiene muy buena acogida". Pero hoy en día también hay cada vez menos adopciones. Es un proceso gratuito y donde el único requisito que se exige es "el compromiso serio de hacerse cargo del animal por el resto de su vida". "No pedimos nada, ni superficie de la vivienda ni la renta, pero sí que vayan a cuidar bien al animal", indica Díaz, quien cree que, en la situación económica actual, mucha gente se echa para atrás por los gastos "de tener que esterilizarlos, por ejemplo". Desde las protectoras piden nuevas adopciones, para dar entrada a más perros a los que otorgar la esperanza de una vida mejor.