Un total de 852 dependientes empezaron a recibir el pasado mes ayuda en Galicia. Son el 38% de los 2.208 dependientes que comenzaron en octubre a disfrutar en el Estado de alguna de las prestaciones que reconoce la ley de dependencia. Solo ocho comunidades lograron incrementar en plena crisis económica el número de dependientes con subvención pública. En lo que va de año, Galicia ha sumado al colectivo de dependientes con ayuda a 9.600 personas.

En la comunidad hay 38.789 dependientes con ayuda, lo que supone el 62,51% de los gallegos con derecho a esta prestación, un 1,36% más que en septiembre. Esperan por ella 23.263 ciudadanos en la comunidad, el 37% de los afectados, según los datos facilitados por la Xunta.

En la última legislatura, Galicia pasó de 14.000 atendidos a más de 62.000, lo que significa multiplicar por cuatro el número de beneficiarios. Hace cuatro años, recibían ayuda el 34,7% de los dependientes.

La escasez de recursos empieza a frenar la concesión de ayudas. Desde la Consellería de Benestar subrayan que Galicia es una de las pocas comunidades que consigue incrementar las prestaciones y denuncian que "el Estado debe a la comunidad más de 260 millones de euros, una cantidad que sería prácticamente suficiente para asumir a los dependientes que están en lista de espera".

La deuda a la que alude el departamento de Benestar se explica porque se acordó que la financiación del sistema de dependencia sería al cincuenta por ciento, mitad el Gobierno central y mitad, las comunidades. No es así y nunca lo fue. La máxima aportación estatal data del año 2010 cuando puso el 27% de los recursos que se manejaron: 96 millones de un total de 360 millones.

Este año, el presupuesto asciende a 361,74 millones de euros, de los cuales 267 millones los pone la Xunta y el resto, 94,74 millones corren a cuenta de Madrid. En 2007, cuando arrancó el sistema de dependencia, en Galicia se contó con un presupuesto de 79,23 millones. Desde entonces, los fondos se multiplicaron por cinco, pero se han revelado insuficientes para cubrir las necesidades, pues la aplicación de la norma es gradual. Se empezó atendiendo a los dependientes más graves con el reto de atender posteriormente a los de una dependencia más suave.

El Ejecutivo central ya ha ralentizado la concesión de ayudas y también ha recortado los fondos, así como el alcance de las subvenciones. En Galicia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista en este diario, se fijaba como objetivo para el próximo año al menos mantener el número de dependientes que hasta ahora recibían ayudas, descartando casi la opción de incrementar las ayudas.