Las efemérides sirven para hacer balance de los logros, pero también de los retos pendientes. Ayer se celebraba el Día Internacional de los Derechos de la Infancia, que recoge la obligación de los poderes públicos de involucrarse en la protección de los menores, y la Xunta -que asegura trabajar "a destajo" para cumplir su cometido en este terreno- aprovechó tan señalada fecha para pedir la colaboración de los docentes para detectar situaciones de maltrato a menores, dado que el escolar es uno de los entornos en los que más tiempo pasan los niños.

La Consellería de Traballo e Benestar, según explicó ayer su titular en funciones, Beatriz Mato, enviará de aquí a fin de mes comunicaciones a los centros educativos gallegos para solicitar a los profesores que se involucren. Porque la escuela, aseguró Mato, "tiene una importancia principal a la hora de detectar situaciones personales y familiares que amenazan a nuestros niños y ponerlas en conocimiento de los servicios de protección para abordarlas de modo precoz".

El centro escolar no es, no obstante, la única vía para detectar posibles situaciones de maltrato. El Teléfono da Infancia -que ahora en Galicia será el 116111, como en el resto de Europa- ha recibido, solo en lo que va de año, 126 denuncias de maltrato o la comunicación de sospechas de que existe. Dado que en todo 2012 la línea de atención a la infancia atendió unos 1.250 llamadas, los supuestos casos de maltrato protagonizan el 10%.

La conselleira subrayó que en la mayor parte de las llamadas, un 20%, se limita a pedir información y, en otros tantos casos, asesoramiento puntual. Además, en otro 10% están causadas por dificultades en la estructura o dinámica familiar.

Pese a que los niños son las estrellas de esta línea, las llamadas que realizan ellos mismos solo suponen una de cada diez, las mismas que hacen interlocutores anónimos, aunque por encima de las hechas por vecinos o conocidos -un 6%- o familiares que no sean progenitores -un 7%-. Con todo, la mayor parte de las cuestiones, casi cuatro de cada diez, las plantean los padres, mientras que un 20% la realizan profesionales, entre los cuales pueden hallarse los docentes, aunque la Xunta no dispone del dato concreto.

No todas las sospechas se convierten en denuncias, aunque se investigan. Tampoco el maltrato es la única razón por la que la Administración asume la tutela de un menor. Esta puede deberse, explicó la conselleira, a una situación de "desprotección puntual". En total, añadió, los menores tutelados por la Administración gallega ascienden en este momento a 1.428. Beatriz Mato insistió en que "no hay una vinculación estrecha entre la cifra y la crisis". "Es verdad que la crisis como precariedad económica que puedan sufrir las familias coloca en situación de vulnerabilidad, pero muchas veces eso no incide en la desprotección de los menores", señaló.

Por otra parte, la conselleira recordó que unos dos mil docentes y miembros de las fuerzas de seguridad están inscritos en el Rexistro Único de Maltrato Infantil, donde queda constancia de sospechas de situaciones de maltrato. En el futuro esta herramienta, avanzó, se "ampliará" para dar cabida a otros profesionales en contacto con la infancia, como los sanitarios.

La Fundación Meniños, que trabaja con la Xunta en el apoyo y reunificación familiar y colaborando con las familias que presentan dificultades en la atención y la protección de sus hijos, atiende, según puntualizó la conselleira, a unos 300 menores y cerca de 200 familias en las que se busca la "preservación del núcleo familiar". No obstante, desde la organización estiman que, cuando cierre este año, el número de hogares con dificultades que pide su ayuda se incremente entre un 15 y un 20% debido a la crisis.

Así lo indicó ayer la directora xeral de Meniños, Mónica Permuy, quien recalcó que la coyuntura económica "está teniendo más efectos en las familias en las que hay hijos". "Los hogares con los que trabajamos ya estaban en una situación de vulnerabilidad", explicó, "y como la crisis se mantiene, esa vulnerabilidad se incrementa". No se trata, subrayó, de maltrato -los casos "graves", dice, son "menores"-, sino de "negligencia, incapacidad de proteger a los hijos. Por eso este año, en el programa de integración familiar han puesto en marcha grupos motores de empleo para fomentar la inclusión laboral de los progenitores.

Xunta y Fundación Meniños, que buscan la sensibilización de la sociedad, también entre los adolescentes, han convocado un concurso de cómics orientado a Secundaria. Una "historia de maltrato infantil", pero "con final feliz", será el tema de la convocatoria, que aspira también a concienciar sobre los posibles señales de alerta de una situación de maltrato.