El agua, el suelo o un simple vaso están llenos de microorganismos invisibles al ojo humano. Hasta ahora, cuando se recogía una muestra al azar, la tecnología solo permitía identificar un 1% de las bacterias allí presentes, pero gracias a las metagenómica, ya es posible ponerle nombre a todas. Con esta técnica como base, la coruñesa Margarita Poza, del Instituto de Investigación Biomédica da Coruña (Inibic), ha realizado un estudio pionero sobre la biodiversidad bacteriana en ambientes hospitalarios. La investigadora ofreció ayer un café científico en los Servizos Centrais de Investigación de la Universidade da Coruña, organizado por la empresa AllGenetics, para explicar este estudio y sus posibles aplicaciones.

-¿Qué permite la nueva técnica utilizada en su estudio?

-La metagenómica ha supuesto una revolución en el área de la microbiología ya que permite descubrir poblaciones completas de cualquier muestra. Nosotros recogemos una muestra del agua o el suelo, por ejemplo, y hasta ahora los métodos clásicos solo nos permitían aislar y por tanto identificar al 1% de todas las especies de microorganismos que había en esa muestra. Esta técnica de secuenciación masiva permite identificar el 99% restante.

-¿Cómo lo logra?

-Es difícil de explicar de forma sencilla. Hasta ahora se recogía una muestra y para identificar los microorganismos que contenía había que cultivarlos, es como si tuviéramos que poder alimentarlos para que crecieran. De este modo solo identificábamos aquellos que lográbamos que creciesen. Con la metagenómica no es necesario cultivarlos, se basa en el ADN de los microorganismos.

-Ustedes analizaron la variedad de bacterias que viven en un hospital, ¿es mayor que en otras zonas?

-Escogimos el hospital como podríamos haber seleccionado otro lugar. La población de bacterias que cohabitan en un centro hospitalario es distinta a las que hay en la calle por las condiciones del recinto, pero hay bacterias en todas partes. Si cogemos una muestra de nuestro baño encontraremos una flora muy variada pese a que lo limpiemos a menudo.

-No todas las bacterias son perjudiciales...

-En absoluto, es un error asociar bacterias con algo perjudicial. Cualquier cosa que analicemos o que toquemos tiene un gran número de microorganismos, incluso el ser humano. Se sabe que por cada célula que tiene el hombre, tiene diez células bacterianas en su cuerpo y muchas son beneficiosas e incluso no podríamos vivir sin ellas como las bacterias de la flora intestinal, por ejemplo.

-¿Qué aplicaciones tiene esta nueva técnica que permite identificar mejor a cualquier microorganismo?

-Creemos que esta técnica tiene muchas aplicaciones en la ciencia fundamental, pero también a nivel clínico, en la práctica sanitaria.

-¿Puede ayudar en el área de la medicina?

-Sí, creemos que la técnica de secuenciación masiva o metagenómica puede ser muy útil a la hora de analizar muchas dolencias, especialmente enfermedades raras, de las que se desconoce su origen y que puede ser que tengan una causa microbiana. También puede utilizarse para el análisis de infecciones extrañas. Hasta ahora hemos hecho un estudio ambiental, pero queremos ir más lejos y ver qué aplicaciones tiene en la clínica.