Extorsiones. Un gallego con un largo expediente policial como extorsionador fue a poner sus ojos sobre dos obras de arte: de un lado, el Códice Calixtino robado de la catedral de Santiago; del otro, un vídeo de Blanca Cuesta a bordo de un yate. El sujeto exigía a la baronesa Carmen Thyssen 18.000 euros para no hacer públicas las imágenes de su nuera. El deán no cedió a la coacción y confió en los cuerpos de seguridad del Estado y el delincuente acabó cayendo. Otra cosa es la baronesa. Dicen las crónicas del momento que un intermediario entregó un maletín, o un sobre, o lo que fuera, al sujeto en una céntrica cafetería madrileña, pero él escapó con el dinero y sin entregar el material. Tita puso entonces una denuncia por estafa. El Códice fue recuperado en el garaje del electricista de la catedral. Pero del supuesto vídeo de una Blanca desmadrada con un hombre u hombres -atención al matiz- sobre cubierta nada se sabe. La teórica agraviada dijo en su día al juez que a ella le traía al pairo el DVD dichoso y su dichosa suegra, el escándalo según ella inexistente y el instinto protector maternal de la Thyssen, igual de inexistente. Que no se los creía a ninguno, ni al sobornador ni a la sobornada. Ahí la policía le da la razón a la chica: cree que el tipo jugaba de farol. Ay, Carmen, vaya negocio, ni lana ni pana. Ni el agradecimiento de los tuyos.

Nomofobia. La adicción a los teléfonos inteligentes se llama nomofobia y afecta al 53% de los españoles. Me preocupa que Isabel Pantoja pueda sufrir este síndrome. El señor juez de Málaga ha podido detectar los primeros síntomas. Ha abroncado a la artista por estar todo el día dándole al WhatsApp, como una adolescente. Ahí Maribel peca de mentirosilla y acusica, porque, ante la regañina del togado, niega la evidencia -el mundo entero vivió en directo el parto de su nieto desde su móvil- y acusa a sus compis de banquillo. Y también de contradictoria: al salir de la Audiencia, estampa su firma en un manifiesto de Stop Desahucios. Julián también. Lo del exalcalde marbellí se comprende. Lo de su expareja menos, ¿o no fue ella la que le puso las maletas en la calle a las puertas de Mi Gitana?

Guerra de 'faralaes'. Lo de las malas relaciones entre las folclóricas es un mito. Eso dicen ellas. Pero la verdad es que durante la presentación de un disco de coplas que pilotaba Parada, Carmen Sevilla se picó por un desaire a su amiga Paquita Rico, Rosita Ferrer dijo algo sobre la Piquer que soliviantó a su hija y el Príncipe Gitano las plantó a todas; María del Monte llevó a Charo Reina a los juzgados y cuenta la leyenda que Lola Flores le echó una maldición a la Pantoja por robarle a Paquirri a su Lolita. Ahora las que se tiran de la peineta son Raquel Revuelta y Laura Sánchez, que no son folclóricas pero como si lo fueran porque son misses, más de lo mismo. Las dos han organizado sendas pasarelas flamencas y se andan tocando la castañuela, aunque sonrían a lo "dientes dientes". Raquel, más veterana, se ha quedado con las estrellas. Como Jessica Bueno, recién parida, pero en línea gracias a la alcachofa. Otra que tal baila.

Sus altezas. La circular de Luis Alfonso es más demodé que los No-dos de su bisabuelo. Yo no sé este chico, con lo que es su mamá Carmen Martínez Bordiú... Ella también tiene sus arrebatos e igual posa en el Valle de los Caídos, que parece su abuela la collares, que se pone a bailar en televisión, pero yo creo que Carmen lo hace por la pasta y ya. El niño, no, el niño se ve que salió más al padre, el príncipe azul. Ya no es el contenido, que es para echarle de comer aparte (ya saben, ese alegato en contra de la sexualidad "contra natura" y en favor de la familia tradicional que no sé qué tiene de natural), es la forma. Es antiguo. Compatriotas (galos), antepasados... Debería fijase en Belén Esteban, que también se autotitula alteza, y fue madre soltera y se acaba de divorciar. Más del pueblo que la encíclica ésa.

En enero. Resulta que, si hay un mes adúltero en el calendario gregoriano, ése es enero. Lo dicen los expertos, sexólogos, psicólogos, gestores de páginas de contactos y tapaderas y Telecinco. Sí, sí, Telecinco. Ahora entiendo por qué en Sálvame se han volcado con los problemas de cuernos de Pipi Estrada y Miriam Sánchez. Pensaban ustedes que estaban viendo telebasura y resulta que el programa es más científico que National Geographic. Porque estamos en enero. Al parecer, confluyen varios factores: por un lado, año nuevo, canita al aire nueva; por otro, la famosa cuesta, pero no económica, sino anímica, por lo de superar las fiestas navideñas tan familiares ellas. La web Ashleymadison.com, dedicada a ayudar a hombres y mujeres casados a tener aventuras de forma discreta y famosa por sus anuncios nada discretos, detecta el 2 de enero un auténtico subidón, las inscripciones se multiplican por cuatro. Ya ven. Creían encontrarse ante un espectáculo simplón y, de acuerdo con los test de inteligencia que les han realizado a los colaboradores -¿no les decía que es pura ciencia, empirismo contrastable?-, todos, menos Karmele, están por encima de la media española, hasta Belén, y Kiko Matamoros es un superdotado. A Pipi no se lo han hecho. Porque si se lo hacen rompe la máquina. ¿O eso era el polígrafo?