Les cuesta comprender el lenguaje no verbal, la ironía o las verdaderas intenciones de su interlocutor. Tienen problemas para manifestar sus sentimientos y no interiorizan las normas sociales de forma natural, lo que dificulta sus relaciones con los demás. Son los pacientes con síndrome de Asperger, un trastorno severo del desarrollo que se caracteriza por una limitación significativa a la hora de integrarse en la sociedad, un empleo peculiar del lenguaje, la alteración en los modelos de comunicación y la presencia de rituales o temas de interés absorbentes y limitados. Pese a ser un trastorno frecuente -entre tres y siete casos por cada mil nacimientos-, los afectados alertan del gran desconocimiento que hay sobre esta patología tanto entre la población como entre los médicos. "Es un problema poco conocido y esto obliga a los pacientes a hacer un periplo por múltiples médicos hasta dar con el diagnóstico", indica Verónica Santiso, psicóloga de la Asociación Galega de Familias Afectadas por el Síndrome de Asperger (Asperga), que tiene 80 socios.

Uno de los rasgos más característicos de este trastorno -cuyo origen se desconoce- es la dificultad de los pacientes para comunicarse, para empatizar con los demás. "No aprenden las normas sociales de forma natural y tienen problemas para entender el lenguaje no verbal y expresarlo. Son niños que, por ejemplo, a la hora de jugar no saben donde está la barrera entre el juego y la realidad, no entienden la ironía o creen que alguien está bromeando cuando en realidad se está metiendo con ellos", indica Santiso, quien resalta que adquirir habilidades sociales es el objetivo fundamental de varios talleres que se imparten en Asperga.

Pero el síndrome de Asperger conlleva otros problemas. "Es una patología muy heterogénea, pero otros rasgos frecuentes es que son niños con rutinas inflexibles, que siempre realizan las actividades de una misma forma y además pueden tener problemas asociados como ansiedad, tics, problemas motores, hiperactividad, etc.", indica Santiago, quien reconoce que es esta variedad de síntomas lo que dificulta su diagnóstico. "Muchas veces se les engloba por error dentro del déficit de atención", indica y añade: "Tienen un coeficiente intelectual en la media, pero es cierto que pueden tener dificultades en el colegio al presentar problemas de comprensión lectora, por ejemplo".

Este trastorno crónico mejora con la edad siempre que el paciente siga un tratamiento. "En general hay talleres para fortalecer las habilidades sociales y mostrar las emociones, pero hay quien precisa ir al logopeda o de un experto en terapia ocupacional", indica Santiso. Con el objetivo de informar y erradicar falsos mitos sobre el Asperger, la asociación celebrará unas jornadas informativas el sábado 23 en la Fundación María José Jove.