Un equipo internacional, en el que participa el profesor de la Facultad de Física de la Universidade de Santiago (USC) Gonzalo Míguez, ha elaborado un mapa que compila observaciones alrededor de todo el planeta respecto a la profundidad de las aguas subterráneas.

Los resultados de este trabajo, publicado en la revista Science, han determinado que aproximadamente entre el 22 y el 32% de la superficie emergida global se encuentra influida por una capa freática -la primer capa de agua subterránea que se encuentra al realizar una perforación- que es poco profunda.

Estos datos indican, según señaló el profesor de la Universidade de Santiago, que "la capa freática es lo suficientemente poco profunda en una fracción significativa de los continentes como para influir en los ecosistemas terrestres directamente".

El modelo aplicado permite observar una serie de patrones especiales a escala global, autonómico y local. En el primer caso, el nivel del mar es dominante y un cinturón de zonas con aguas subterráneas someras rodea los continentes.

En el caso de la escala regional, la investigación señala que la influencia del clima, se manifiesta de manera que las regiones más secas tienden a tener una capa freática más profunda que las húmedas. Así, a modo de ejemplo, los investigadores señalan el caso de los desiertos destacándolos como zonas donde, en general, no hay muchos lugares con aguas subterráneas someras.

Con respecto a la escala local, el estudio destaca que la topografía domina a la influencia del clima y así, los valles tienden a presentar capas freáticas poco profundas. En conjunto, el investigador de la USC considera que los resultados sugieren que las aguas subterráneas tienen "una extendida y estructurada influencia a escala global en la hidrología y ecosistemas terrestres".

Las aguas subterráneas próximas a las superficie terrestre tienen gran importancia al ayudar a mantener el caudal de los ríos o el suelo húmedo en épocas de ausencia de lluvia, según explican los científicos.