El Tribunal Supremo reconoce en una nueva sentencia el derecho de los alumnos que lo pidan a recibir sus clases en castellano y catalán como lenguas vehiculares, aunque sin que la Generalitat tenga que reformar de forma global el sistema de inmersión lingüística en Cataluña.

El Supremo desestima así el recurso presentado por la asociación Convivencia Cívica Catalana, en representación de una familia que solicitaba la escolarización en castellano, contra un auto de la sala del Superior de Cataluña que avaló el modelo de inmersión lingüística, pero garantizando la escolarización individual de los alumnos. El tribunal dio un ultimátum de dos meses a la Generalitat para implantar el español como lengua vehicular. El Supremo cree que no es necesario cambiar todo el modelo.