Bill Gates y su mujer han hecho una oferta a través de su fundación que no dejará indiferente a nadie, ya que consiste en dar 78.000 euros a aquella persona que consiga diseñar una nueva generación de preservativos, los preservativos del futuro. Pero no puede ser uno cualquiera, sino que tiene que ser irresistible, y que atraiga más la idea de utilizarlo que la de no hacerlo.

El ganador lo elegirá un grupo independiente de expertos y para su creación se invertirán hasta 800.000 euros.

"¿Y si pudiésemos desarrollar un preservativo que ofrezca todas las ventajas de las versiones actuales, sin los inconvenientes? Incluso mejor, ¿y si pudiésemos hacer uno que la gente prefiriese a no usar condón?", plantea el blog de la Fundación Gates.

El reto no es fácil. Como recuerdan los organizadores del concurso, la falta de uso del preservativo es un problema en encuentros sexuales comerciales, en muchos de los cuales el cliente es reticente a la protección. Hay también barreras culturales. Por ejemplo, en Zambia, que la mujer pida al hombre que se ponga el preservativo puede conducir a violencia machista, según la AIDS Alliance.

Mensajes como el del papa emérito Benedicto XVI, que afirmó en una visita a África en 2009 que el sida "no se puede resolver con eslóganes publicitarios ni con la distribución de preservativos", y que estos, "solo aumentan los problemas", tampoco ayudan.