Tenía 67 años, una filmografía de casi veinte películas y una personalidad vitalista y rompedora. El cineasta Bigas Luna, el director de Bilbao y La teta y la luna, falleció el pasado viernes en su casa en la Riera de Gaià, a causa de un cáncer, acompañado de su mujer y de sus hijas. Trabajó hasta el pasado domingo en la preparación de la película El Mecanoscrit del Segon Origen y su último deseo fue que la producción, dedicada a su único nieto, Quim Lu, se terminara. "Se terminará", aseguró un portavoz de la familia al diario La Vanguardia. Por expreso deseo del cineasta, no se celebrará ningún tipo de funeral ni de acto público de homenaje, añadió el portavoz. Bigas Luna será incinerado en Tarragona.

Considerado uno de los directores más influyentes de la cinematografía española -el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, le definió ayer como "totalmente rompedor, atrevido, transgresor e insólito desde sus primeras obras"-, había alcanzado una gran fama como descubridor de actores. Unió por primera vez a Penélope Cruz y Javier Bardem en Jamón, jamón (1992), pero en su lista también figuran Verónica Echegui (Yo soy la Juani), Ariadna Gil (Lola) y Jordi Mollá (Jamón, jamón, Volavérunt y Son de mar), entre otros. "Será siempre mi padre artístico y un punto de referencia en mi vida", declaró ayer un emocionado Mollá. El pasado noviembre, cuando Javier Bardem estrenó su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, instalada junto a la de Penélope Cruz, el actor se acordó "especialmente" de Bigas Luna, quien le dio la oportunidad de su primer papel protagonista en el cine.

Hombre vital al que le gustaba abrirse a nuevos campos, como la crianza de vinos ecológicos, en lo que se ocupaba en la actualidad, en su fructífera carrera tiene un papel importante el mundo de la publicidad. Desde que en 1995 se uniera a colegas de la talla de Federico Fellini o Woody Allen dejándose seducir por una cadena italiana para rodar un anuncio destinado a las cadenas de televisión, su actividad en este campo fue muy importante.

Ya antes había dado muestras de su buen hacer con anuncios como el que unió en 1992 a Antonio Banderas y Sharon Stone para el cava Freixenet, firma con la que colaboró también para felicitar las pasadas Navidades en una campaña muy diferente a las anteriores.