El azul vistió ayer a tres generaciones de la monarquía holandesa en la investidura de Guillermo Alejandro y de su esposa, Máxima Zorreguieta, quien, al igual que la ya princesa Beatriz y la nueva heredera, Amalia, eligió este tono frente a los neutros de muchas invitadas. Si para la cena de gala del lunes en el Rijksmuseum, Máxima de Holanda eligió el rojo, para la ceremonia de ayer escogió un majestuoso vestido-capa largo en tono azul cobalto, confeccionado en encaje y realzado con cristales y pedrería, firmado por el diseñador holandés Jan Taminiau.

El azul, símbolo de unidad y nacionalidad, también estuvo presente en la tiara que portó la nueva Reina, una pieza realizada con diamantes sudafricanos y zafiros de Cachemira. Un fabuloso broche y un juego de pendientes de zafiros y brillantes completaban el aderezo de joyas.

Tocada con un discreto casquete, la princesa Beatriz de Orange apostó por un modelo azul con grandes estampados, más oscuros, y manga al codo rematada con un volante. Sus nietas Amalia, Alexia y Ariane, que permanecieron a su lado durante la ceremonia, lucían sencillos vestidos de manga corta también en azul, tono que también adornaba sus cabellos.

Por la mañana, para el acto de abdicación, la argentina Máxima Zorreguieta optó por un vestido de cóctel en tono nude con falda con bordados y cuerpo liso, con una hermosa lazada en un hombro y manga al codo abullonada. Una cinta drapeada y un broche de brillantes lateral definían el modelo de la ya reina de Holanda.

Tras 33 años de reinado, la ahora princesa Beatriz firmó su abdicación con un sobrio modelo en tono berenjena, que adornó con un collar de brillantes de tres vueltas y un sencillo alfiler en la solapa.

Mientras que para esta misma ocasión, las hijas de Guillermo y Máxima se vistieron con tres idénticos vestido amarillos de corte sesentero y firmados por la gallegaPili Carrera.

"Juro que defenderé y guardaré siempre, con todas mis fuerzas, la independencia y la integridad del territorio del reino", dijo el nuevo rey de Holanda ante los Estados Generales (parlamento), el resto de las autoridades del país y los dignatarios extranjeros durante el acto de coronación. El monarca más joven de Europa aseguró que "la democracia se basa en la confianza de los ciudadanos en el Estado y viceversa. La monarquía no es estática, es también un símbolo de continuidad". "Hoy dejo sitio a una nueva generación", señaló la reina Beatriz.

La última etapa del camino de Guillermo-Alejandro, de 46 años, hacia el trono comenzó el 28 de enero cuando la entonces reina Beatriz, a punto de cumplir 75 años y con 33 de reinado, anunció su abdicación. Tras la firma del acta de abdicación por la ya princesa Beatriz, la comitiva real y sus 2.400 invitados se trasladaron a la Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva, un templo neogótico de más de 600 años y en donde se escenifican los actos más importantes de la vida de la familia real holandesa.

Allí Guillermo Alejandro, que portó sobre el frac el manto de investidura, una prenda que todos los monarcas holandeses han vestido desde 1815 y sin ceñirse la corona, fue investido rey de los Países Bajos por los Estados Generales.