Unas 258.000 personas murieron durante la hambruna que sufrió Somalia entre octubre de 2010 y abril de 2012, según un estudio publicado ayer y elaborado por la ONU y la agencia estadounidense de cooperación Usaid. Del total de fallecidos por la sequía y la consecuente hambruna, el 51% -unos 133.000- fueron niños menores de 5 años, precisó el informe, en el que participaron, entre otros, la Unidad de Análisis de Nutrición y Seguridad Alimentaria de Somalia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

"Ahora tenemos una idea de la verdadera dimensión de esa tragedia humana", aseguró Mark Smulders, economista de la FAO, al subrayar la necesidad de extraer "lecciones de esta experiencia" para construir un "futuro más resistente".

El número de fallecidos representa alrededor de un 4,6% de la población del sur y centro de Somalia, seis de cuyas regiones fueron declaradas por la ONU en estado de hambruna. De estas, las más afectadas fueron las de Bajo Shabelle, Mogadiscio y Bay, indica el estudio. En concreto, en Bajo Shabelle un 18% de los niños menores de 5 años murió a causa de la hambruna, cifra que desciende ligeramente hasta el 17% en Mogadiscio, y hasta un 13% en Bay.

Asimismo, el informe apunta que los meses en los que se produjeron más muertes, unas 30.000 al mes, fueron entre mayo y agosto de 2011.

"El texto confirma que deberíamos haber hecho más antes de la declaración (oficial) de la hambruna del 20 de julio de 2011", indicó ayer el responsable para Somalia de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Philippe Lazzarini. "Las advertencias, que empezaron con la sequía en 2010, no lograron la anticipación necesaria", apuntó Lazzarini, quien concedió que, "cuando se declaró la hambruna, una movilización masiva de la comunidad humanitaria ayudó a mitigar los peores efectos de esa crisis".

Según el coordinador humanitario para Somalia, la OCHA está multiplicando los esfuerzos "para invertir en el pueblo y las comunidades de Somalia y romper así el ciclo de crisis y respuesta", y para que "Somalia nunca vuelva a sufrir una hambruna".

Las cifras, no obstante, son relativas única y exclusivamente a las muertes derivadas del efecto de la hambruna y la inseguridad alimentaria, sin contar los miles de fallecimientos provocados por el conflicto armado en Somalia, que dura ya 22 años. Además, la organización ligada a Usaid, Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna, que también participó en el estudio, resalta que esta última crisis alimentaria de Somalia es la peor que ha sufrido el país en 25 años.

Otra de las causas del problema de hambruna que sufrió esta zona africana fue la dificultad para distribuir la ayuda humanitaria, debido al conflicto y la inseguridad en el sur del país, controlado en gran parte por la milicia radical islámica Al Shabab.