La revista Nature Communications publicó ayer la investigación del equipo científico formado por el investigador Parga Pondal del departamento de zoología de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Andrés Baselga y el equipo del profesor Alfried Vogler, del Natural History Museum de Londres.

Su trabajo utiliza una nueva aproximación metodológica basada en el análisis del ADN de comunidades biológicas enteras -en concreto, de coleópteros acuáticos europeos- y pone de manifiesto el efecto predominante de los procesos de dispersión en los patrones de biodiversidad. "Se ha estudiado el ADN de numerosos ejemplares de todas las especies presentes en cada localidad para así definir las comunidades no solo en función de las que albergan sino también en función de sus variedades genéticas", indica el investigador de la USC.

Para conservar la biodiversidad es esencial comprender qué procesos son los que condujeron a su existencia. Por ejemplo, por qué dos lugares tienen comunidades de especies diferentes. Con respecto a esta cuestión, la USC indica que es "bien conocido" que la distancia espacial entre localidades es un elemento "clave", ya que cuanto mayor sea esta más diferentes serán las comunidades que en ellas habiten.

Para explicar este fenómeno existen dos teorías contrapuestas. La primera de ellas es la del nicho ecológico, y la segunda, la teoría neutral de la biodiversidad.