Dice la gallega Arantza Vilas (Vigo, 1975) que los profesionales que trabajan en proyectos para cine o televisión habitan "un mundo paralelo" entre la realidad de los demás y la ficción que están construyendo. Una "burbuja curiosa" en la que ella ha vivido durante las últimas semanas en Belfast como parte del equipo de vestuario de Juego de Tronos, la serie que triunfa en todo el mundo. Michelle Clapton, la creadora de la indumentaria de los habitantes de este mundo ficticio con influencias medievales, la fichó para diseñar y producir los tejidos con los que se confeccionan los ropajes de los próximos episodios.

La tercera temporada alcanzó los 13,6 millones de espectadores en Estados Unidos -un récord solo superado por Los Soprano- y el rodaje de la cuarta ya ha comenzado en Irlanda del Norte, que volverá a ofrecer sus impresionantes paisajes y castillos al mundo de fantasía de Juego de Tronos. Los estudios Paint Hall de Belfast, cerrados a cal y canto, acogen a un "enorme" equipo que cubre agotadoras jornadas de 11 horas.

"El trabajo es muy intenso, pero el ambiente es muy bueno. Son un equipo entrañable", destaca esta joven gallega.

Solo en el departamento de vestuario trabajan un centenar de personas que deben funcionar "como un reloj" y que se ocupan de sastrería y patronaje, atrezo e incluso de fabricar las armaduras. "Lo habitual es que sean de piel e imiten a las auténticas, pero aquí se hacen de metal. Es algo que me tiene asombrada. - incluso hay un telar. Todo es artesanal, todos trabajamos con las manos", relata esta diseñadora gallega.

Durante su estancia en Belfast, adonde regresará probablemente este verano, Arantza produjo tejidos "a gran escala" para vestir a un reparto muy numeroso. "Cuando el presupuesto lo permite puedes contar con especialistas para elaborar cosas especiales y exclusivas. Mis piezas son muy particulares y es algo que no se hizo en las anteriores temporadas", avanza sin atreverse a ofrecer más datos.

Todo este esfuerzo pasa inadvertido para la mayoría de los espectadores, sin embargo, el vestuario es una de las razones del éxito de esta serie, que cuenta actualmente con una exposición itinerante de los atavíos de sus personajes por las principales ciudades del mundo. "Si no hubiese todo este nivel de detalle, el público sí se daría cuenta, pero es precisamente gracias a todo el trabajo que hay detrás por lo que nadie repara en estas cosas", comenta Arantza.

Ha coincidido en los estudios con algunos de los actores. "Es un lujo poder hacer este trabajo tan bonito y te dedicas a ello con pasión, pero tiene menos glamour de lo que parece. Nos pasamos todo el día con la ropa sucia y las uñas ennegrecidas creando los tejidos", confiesa entre risas.

Tras capear una época "durísima" en la que muchos proyectos audiovisuales no acababan de cristalizar debido a la crisis del sector, la artista y diseñadora, que se estrenó en este mundo participando en el vestuario de la película El Fantasma de la Ópera, disfruta de un buen año. De hecho, Clapton la llamó tras conocer su trabajo para otra serie, Los Mosqueteros, que se rueda en Praga y que la BBC estrenará en 2014.

"A igual que en Juego de Tronos no se replica el vestuario de una época, sino que es ecléctico. Yo me inspiré en bordados del XVII para hacer estampados", comenta sobre sus creaciones que lucirán, entre otros, D'Artagnan y su novia Constance. La colaboración en la saga de HBO le ha servido además para reencontrarse con el Atlántico. "En Irlanda te sientes como en casa por el paisaje y la gente. Hace meses que no voy a Vigo y cuando me encontré delante del océano se me saltaron las lágrimas".

El secretismo sobre los nuevos capítulos de Juego de Tronos es máximo. "Todo el perímetro está protegido y con carteles de prohibido hacer fotografías", indica.