En la actualidad, las adopciones -tanto nacionales como internacionales- cuentan con una legislación específica y un protocolo establecido. El interés del menor prevalece por encima de todo y una vez solicitada la adopción, los padres deberán obtener una valoración positiva de un equipo de técnicos que analizará desde si los padres reúnen las condiciones físicas y psíquicas adecuadas para criar al niño como si el entorno familiar es adecuado o si pueden atenderlo desde el punto de vista económico. Habrá una entrevista personal y es posible también recurrir a test psicológicos.

Solo el año pasado, un total de 199 gallegos solicitaron adoptar a un niño de otro país (104 de la provincia de A Coruña) y 158 a un pequeño español (52 en la provincia coruñesa). Además se preasignó la adopción de 136 menores de otros países en toda la comunidad gallega. En los últimos doce años, según los datos que maneja la Consellería de Benestar, los principales países en los que los gallegos más han adoptado fueron Etiopía (con 783 menores adoptados), China (642), Colombia (298) y Rusia (173).