La antimateria se ha detectado en las erupciones solares a través de microondas y datos de campo magnético, según una presentación que hará el profesor de Física del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey, en Estados Unidos, Gregory D. Fleishman y dos coinvestigadores en la reunión número 44 de la División de Física Solar de la Sociedad Astronómica Americana. Esta investigación arroja luz sobre la enigmática fuerte asimetría entre materia y antimateria mediante la recopilación de datos a gran escala utilizando el Sol como un laboratorio.

Mientras las antipartículas se pueden crear y luego detectar con experimentos costosos y complejos mediante el acelerador de partículas, éstas son muy difícil de estudiar. Sin embargo, Fleishman y los dos coinvestigadores han informado de la primera detección remota de antipartículas relativistas (positrones) producidas en las interacciones nucleares de iones acelerados en las erupciones solares a través del análisis de microondas fácilmente disponibles y los datos del campo magnético obtenido a partir de instalaciones de energía solar y naves espaciales.

Que tales partículas se crean en las erupciones solares no es una sorpresa, pero esta es la primera vez que se han detectado sus efectos inmediatos. Los resultados de esta investigación tienen implicaciones de largo alcance para obtener conocimientos valiosos a través de la detección remota de antipartículas relativistas en el sol y, potencialmente, otros objetos astrofísicos mediante observaciones de radiotelescopio.

La capacidad de detectar estas antipartículas en una fuente astrofísica promete mejorar la comprensión de la estructura básica de la materia y los procesos de alta energía como las erupciones solares, que tienen regularmente un impacto terrestre generalizado y perjudicial, además de que también ofrecen un laboratorio natural para hacer frente a la misterios más fundamentales del universo.

Los electrones y sus antipartículas, los positrones, tienen el mismo comportamiento físico, salvo que los electrones tienen una carga negativa, mientras que los positrones, como su nombre indica, poseen una carga positiva. Esta diferencia de carga hace que los positrones emitan en el sentido contrario de las emisiones de radio de polarización circular, que Fleishman y sus colegas usaron para distinguirlos.

Para realizarlo, fue necesario el conocimiento de la dirección del campo magnético de la llamarada solar, proporcionada por el Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA (SOHO), y las imágenes de radio en dos frecuencias del Radioheliógrafo Nobeyama de Japón. Fleishman y sus colegas encontraron que la emisión de radio de la antorcha estaba polarizada en el sentido normal (debido al mayor número de electrones) hacia la frecuencia más baja (de menor energía), donde se espera que el efecto de positrones sea pequeño, pero al contrario en el sentido opuesto en el mismo lugar, aunque la frecuencia sea más alta (mayor energía) donde los positrones pueden dominar.