La tasa de repetición escolar en España, la más alta de la Unión Europea (UE) supone un gasto extra anual de 2.500 millones de euros, que se podrían invertir en medidas que paliaran el fracaso. "Acusan a la Lomce de ser una ley segregadora, pero ¿qué mayor segregación que dejar al 25% de los alumnos sin ningún recurso educativo como sucede ahora?", se preguntó ayer en el Parlamento el ministro de Educación, José Ignacio Wert, que se enfrentó a once enmiendas a la totalidad a la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa. La mayoría absoluta del PP frenó cualquier iniciativa, pero no sin debate, y de los buenos.

A la reforma le cayeron ayer en el Senado (el Congreso está en obras) una riada de críticas, por otra parte todas muy sabidas. "Son como mantras en circulación", dijo Wert, al inicio de cuya segunda intervención en la tribuna de oradores se montó una tangana dialéctica. La presidenta en aquellos momentos, la diputada Celia Villalobos acabó explotando: "Demuestren ustedes educación, ¡ya está bien!".

El portavoz socialista Mario Bedera insistió en sus tesis y calificó a la Lomce como "la reforma más rechazada" y a Wert como "el ministro con menos credibilidad" de la democracia.

La portavoz de Izquierda Plural, con camiseta verde alusiva a la defensa de la escuela pública, puso dos cifras sobre la mesa: en los últimos años se recortaron 5.000 millones de euros en educación y se perdieron 80.000 puestos docentes.

Wert respondió en forma de pregunta: "¿Es que no necesitamos un cambio?". Y reflexionó cómo es posible que la inversión educativa española sea mayor que la media de la OCDE y de la Unión Europea, y que sin embargo los resultados sean peores. Cuando Wert habló de la "ignorancia palmaria de la mayor parte de los oradores" en la sesión de ayer, los gritos obligaron a Celia Villalobos, sustituta en aquel momento del presidente Jesús Posada, a intervenir exigiendo calma.

"Retire esta ley muerta y que un nuevo ministro de un nuevo Gobierno lo intente con consenso", le pidió a Wert el diputado Bedera. Caridad García, de IU, cree que la educación española necesita "menos sobres y ladrillos y más laboratorios y becas".

Finlandia fue un recurso utilizado por unos y otros, según conveniencia. Wert recordó que en Finlandia también hay reválidas (una en el Bachillerato) y calificó al país escandinavo de "rara avis" en el contexto europeo.

El sistema educativo español es universal pero falla en la equidad (lo dicen los informes de la OCDE, entre otros). El abandono escolar prematuro llega al 35% de los alumnos cuyas familias se encuentran en el grupo de renta per cápita más baja, frente al 10% de la más alta. Y es del 45% entre las familias que peor lo tienen para llegar a fin de mes y de un 7% entre las más desahogadas económicamente. Dos datos, aportados por Wert que mueven a la alarma. Todos, sin embargo, están de acuerdo en que la culpa de los malos resultados no la tiene el sistema, sino la forma de gestión.