Una de las pinturas más famosas del mundo, La Mona Lisa de Leonardo da Vinci, se ha reproducido en una superficie metálica de 30 micras (30 millonésimas de metro), una tercera parte del diámetro de un cabello humano. Esta iniciativa, llevada a cabo en el Instituto Tecnológico de Georgia, se ha realizado con un microscopio de fuerza atómica y un proceso denominado nanolitografía termoquímica.

La paleta de colores se consigue variando la cantidad de calor aplicado.