Galicia es la segunda comunidad en la que los pacientes aguardan menos desde que piden la cita con el médico de cabecera hasta que acuden a consulta, según el Barómetro sanitario 2012, elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas para el Ministerio de Sanidad. Más de la mitad de los gallegos encuestados (52,8%) reconocen que "nunca" o "casi nunca" se les da cita en el mismo día y sostienen que, de media, tardan 1,91 días en ser atendidos por su doctor. Una demora que se convierte en la más baja de toda España -excepto en Navarra, donde los pacientes aguardan 1,57 días de media- y que supone prácticamente la mitad de lo que esperan en el conjunto del país (la media es 3,57 días), según el informe de Sanidad.

Las diferencias entre comunidades llegan a superar los cinco días. Mientras los gallegos o navarros deben esperar menos de dos días para acudir al médico de cabecera, la demora alcanza casi la semana en Cataluña (6,73 días), según las respuestas de miles de españoles.

Pese a ser de los españoles que menos aguardan en Atención Primaria, el tiempo de espera entre pedir la cita e ir a consulta o la facilidad para conseguir la hora con el médico están entre los aspectos de la sanidad pública peor valorados por los gallegos, con 6,81 y 6,97 puntos sobre diez, respectivamente. Los pacientes del Sergas sólo se muestran más insatisfechos con el tiempo que se tardan en hacer pruebas diagnósticas (5,54) o el tiempo de espera para entrar en consulta (6,29). En el lado contrario, como los aspectos mejor valorados de la sanidad pública se encuentra la confianza y seguridad que transmiten los médicos (7,7) o la cercanía de los centros (7,68).

El barómetro también analiza la opinión de los españoles respecto a la ley antitabaco. La mayoría de los gallegos encuestados considera que es una normativa acertada, pese a que el 70% reconoce que acude a los bares y cafeterías "igual" que antes y solo un 12% asegura que ha dejado de fumar o consume menos cigarrillos. Por otra parte, más de la mitad de los gallegos (el 52%) está en contra de que los pensionistas deban abonar parte del coste de sus tratamientos en función de sus renta, otro 48% rechaza que todos los pacientes apaguen sus medicinas en función de su renta y un 85% rechazaría que se cobrase por acudir al médico.