Breve, pero eterno. "Un paso adiante i outro atrás, Galiza, i a tea dos teus sonos non se move", escribió Xosé María Díaz Castro (Guitiriz, 1914-Lugo, 1990). Con un poema, Penélope, en el que denunciaba la pasividad de la sociedad civil gallega, consiguió remover conciencias. Autor de un único libro -Nimbos (1961)- que tuvo influencia en muchos escritores posteriores, Díaz Castro fue descrito como un "poeta evidente y no hermético, patriótico en el sentido menos panfletario del término", por el presidente de la Real Academia Galega, Xesús Alonso Montero.

Precisamente, el poeta de Guitiriz que fue elegido como homenajeado en el próximo Día das Letras Galegas, está siendo retratado por un escritor y paisano suyo, Xosé Antonio Cascudo, que nació en el mismo municipio aunque 62 años más tarde. Cascudo ha elegido O instante eterno, como título del trabajo documental en el que trabajan desde hace tres años.

"Es una historia sentimental de Galicia; o de la que está en vías de extinción", explica el autor que reconoce que en Os Vilares de Parga, "se hablaba de un poeta que vivía en Madrid desde 1948 hasta los años 80". Comenzó a trabajar con la vista puesta en el centenario del nacimiento del escritor, en 2014 y bajo el aliento del presidente de la Asociación Cultural Xermolos, Alfonso Blanco. Él fue el responsable de la cesión de parte del archivo fotográfico y textual del poeta lucense.

Pero el impulso definitivo vino tras constatar cierto olvido y los enigmas sobre la figura del poeta. "Después de meses de estudio de la documentación, se trazó la idea esencial del proyecto: un poema visual en cinco tiempos, coincidiendo con las cuatro estaciones de vida de Díaz Castro y un epílogo sobre la huella estética de su obra en generaciones posteriores", explica Xosé Antonio Cascudo.

La investigación se ha completado con entrevistas a literatos, coetáneos y estudiosos de Díaz Castro. El autor también recuerda otra pieza documental anterior, que data de 1987, elaborada por Xulio Xiz.

Ahora, las localizaciones de este proyecto se centraron en la localidad lucense de Mondoñedo, cuyo seminario era en aquel tiempo la cuna poética de la comarca; en Betanzos, villa en la que Díaz Castro ganó el certamen de los Xogos Florais; Vilagarcía de Arousa, donde ejerció como docente tras la guerra civil y Madrid, donde residió gran parte de su vida. Pero para el director del documental adquiere especial importancia la aldea natal de Díaz Castro en Vilariño, al lado de la Serra de Montouto, donde -asegura- "se enraíza el paisaje lingüístico y poético del autor".

El presidente de la Asociación Xermolos, impulsora de la candidatura de Díaz Castro para el Día das Letras Galegas, conoció al autor a finales de los años setenta. "Preguntó por él en el año 75 en Guitiriz y le dijeron que había muerto; cuando se interesó porque había leído Nimbos, aún le quedaban a Díaz Castro 15 años de vida", explica Cascudo. "La gente allí se mostraba siempre orgullosa aunque no conociera su obra o a la figura: tenían un poeta", sostiene.

Junto a Jessica Rey y Alba Domínguez, ahora trabajan en la realización de la pieza, que durará unos 40 minutos y, no descartan, se proyectará en centros educativos de la comunidad gallega.

La Real Academia Galega eligió al poeta lucense el pasado mes de junio para ser el autor homenajeado en las Letras Galegas de 2014, año que coincide con el centenario de su nacimiento. La RAG destacó el compromiso por difundir la cultura gallega del autor de Nimbos pese a vivir gran parte de su vida fuera de Galicia.