"Quiero saber quién soy y de dónde vengo". Estas palabras fueron pronunciadas a las puertas de los juzgados por Noemí Lima, la joven gallega entregada en adopción en 1987 tras nacer en el Hospital Municipal de Vigo -hoy Nicolás Peña- a través de las religiosas de la Casa Cuna de las Siervas de la Pasión de esta ciudad. Convencida de que es un bebé robado y de que su adopción fue irregular, ya que incluso hay facturas que acreditan el pago de 104.288 pesetas, presentó una querella que fue admitida por el Juzgado de Instrucción 7 de Vigo. Y ayer declaró ante la juez la primera testigo: la monja de la casa cuna a la que la joven apunta como responsable.

Sor Pilar H.I. -siempre según la versión de la denunciante tras hablar con su abogado- habría admitido haber cobrado 47.000 pesetas a los padres adoptivos en concepto de atención a la madre biológica de la chica, negando que el bebé hubiese estado en la casa cuna, sino que fue dado en adopción en el hospital. La pregunta venía a colación del documento notarial con la firma de la monja -ella niega que sea suya o al menos no lo recuerda- donde consta que el bebé fue entregado en el centro de la congregación por una mujer "oculta" que no dio su filiación. "Ella reconoce que lo que viene en los papeles es mentira, que nadie me abandonó allí", valoró Noemí.

Fue con 11 años cuando la joven descubrió que fue adoptada. Con 13 encontró las facturas en un álbum de fotos familiar. Y con 18 empezó a buscar a su madre biológica. Sus padres adoptivos, que la apoyan, reconocen que fueron engañados y que tuvieron que abonar esas 104.288 pesetas -y otras 20.000 de las que no hay constancia documental-: una de las facturas de 57.288 pesetas tiene el sello del hospital y refleja el abono de distintos conceptos por el parto, efectuado en un centro público en el que no es preciso abonar nada por esta asistencia. La otra, sin sello y de 47.000 pesetas por conceptos como "restablecimiento" de la joven -la madre-, taxis o teléfono, es la que la monja admitió haber cobrado a los padres adoptivos de la joven.

Sobre otras preguntas se acogió al secreto profesional o a que no recordaba. "Incurrió en contradicciones", dice la denunciante. La monja no hizo valoraciones ante la prensa.

La toma de declaración a la religiosa se produce después de que la joven, con apoyo de SOS Bebés Robados de Galicia, interpusiese querella por presuntos delitos de detención ilegal, alteración del estado civil, adopción ilegal y falsedad en documento público. Busca a su madre biológica. Está segura de que no la abandonó: "Si fuese así existiría documento de renuncia de ella, o informes de los servicios sociales, y no es así", señala. Tras el interrogatorio a la monja, se pide que se cite como testigos a la matrona, los padres adoptivos y profesionales médicos. También que se libre oficio al Hospital Nicolás Peña y Sergas para que identifique a todos los profesionales que asistieron a la madre biológica en el parto. Paralalamente, la denunciante sigue varias pistas en busca de su madre.

La llegada de la religiosa al juzgado de Vigo no estuvo exenta de tensión. Noemí Lima se dirigió a ella cuando entró en el edificio judicial: "Sor Pilar, usted dijo que solo hablaría ante el juez; ¿me va a decir quién es mi madre?". Casi una hora después, la religiosa, acompañada por dos mujeres, abandonó los juzgados. No quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación. "Ni que yo fuera una criminal",fue la única frase que pronunció al ver la expectación mediática.

Las religiosas Siervas de la Pasión tienen en España casas cuna en Barcelona, Valencia, Castellón y Vigo. A esta misma congregación pertenecía Sor María -María Gómez Valbuena-, quien estuvo imputada en varios procesos penales de bebés robados.