Operar de inmediato no siempre es lo más adecuado cuando un paciente precisa un trasplante cardíaco de urgencia ya que podría disminuir las posibilidades de supervivencia. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Red de Investigación Cardiovascular del Instituto de Salud Carlos III y coordinado por los doctores Eduardo Barge y Marisa Crespo, de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de A Coruña. Estos resultados corroboran a nivel nacional las conclusiones del análisis previo realizado por los mismos investigadores en la comunidad gallega en 2011.

"Lo recomendable es proceder inicialmente a la estabilización del paciente y retrasar su inclusión en lista de espera unos días, al menos hasta conseguir que su estado clínico haya mejorado lo suficiente como para realizar el trasplante cardiaco con una razonable expectativa de supervivencia", señala el cardiólogo Eduardo Barge.

Los resultados de este estudio, publicado en la revista Circulation: Heart Failure, avalan la utilidad de la escala Intermacs para anticipar el pronóstico postoperatorio de pacientes críticos que reciben un trasplante cardiaco en situación de extrema urgencia y consecuentemente valorar en cada caso si es mejor retrasar el trasplante cardíaco o no. Esta escala es una herramienta clínica sencilla que permite establecer una rápida clasificación de los pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada en siete perfiles en base al grado de deterioro hemodinámico y a la severidad de la afectación de los órganos diana.

El estudio de la RIC, según Barge, demostró una "consistente asociación" entre el perfil clínico preoperatorio y la supervivencia tras el trasplante cardiaco, de modo que los pacientes con un nivel Intermacs más bajo y, por tanto, con un estado clínico más severamente afectado, presentaron una supervivencia menor tras la intervención. "Estos resultados apuntan hacia la necesidad de un cambio de paradigma en el manejo terapéutico de los pacientes con insuficiencia cardiaca crítica", insiste Barge, quien añade: "La elevada mortalidad postoperatoria observada en los pacientes de perfil 1 y 2 indica que plantear de entrada el trasplante cardiaco no es la mejor opción".