Los médicos del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) detectan alrededor de 400 nuevos casos de cáncer de mama al año, lo que supone, al menos, uno cada día. Una cifra que se triplica al analizar la situación en la comunidad gallega, donde se registran tres nuevos diagnósticos diarios, según los datos facilitados ayer por la delegación de la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en A Coruña con motivo de la celebración, mañana, del Día Mundial contra esa enfermedad. En España, la incidencia es de unos 22.000 casos anuales.

Los tumores mamarios, los más frecuentes entre las mujeres, encierran una contradicción: cada vez hay una mayor incidencia, pero desciende el número de fallecidas por esta causa. La clave está en la generalización de las mamografías, que favorecen el diagnóstico precoz, "fundamental" para la incrementar el índice de supervivencia. "Esta prueba es el elemento básico que tenemos para diagnosticar un tumor de mama. Hace años las mujeres descubrían que sufrían este cáncer cuando se palpaban un bulto, ahora la detección es precoz y esto aumenta la supervivencia", subraya el coordinador de la Unidad de Mama del Chuac, Joaquín Mosquera. "Gracias al programa de prevención del Sergas, destinado a mujeres mayores de 50 años, la mamografía se ha generalizado", añade el doctor Mosquera, quien asegura que "cada vez la gente está más concienciada". "El 80% de población de riesgo acude a su cita anual para hacerse la mamografía. Eso no quiere decir que el 20% restante no siga un control, puede que lo haga en la sanidad privada", señala.

La mamografía es la responsable de que la tasa de mortalidad de este cáncer descienda cada año, según remarcan los médicos y la AECC. Los expertos subrayan, además, que esta prueba radiológica tiene dos aspectos muy positivos: permite detectar el tumor en una fase muy incipiente, lo que reduce su mortalidad, y cuando todavía es pequeño, lo que aumenta la probabilidad de conservar la mama.

La AECC vuelve a centrar este año su campaña en la atención a las mujeres recién diagnosticadas. Pese a que la tasa de supervivencia ha aumentado -se sitúa en torno al 80% a los cinco años de su detección-, la mayoría teme el momento del diagnóstico. "Hay que trasladarles el mensaje de que cáncer de mama ya no es sinónimo de muerte", insisten.