Un militante de Greenpeace instaló ayer una tienda suspendida en el segundo piso de la torre Eiffel de París y desplegó una pancarta en la que pidió la liberación de treinta miembros de esa organización detenidos en Rusia. La protesta duró unas dos horas y terminó sin incidentes, una vez que los agentes detuvieron al activista. También en España hubo protestas. Miembros de Greenpeace y otros voluntarios pasaron por el interior de una jaula ubicada en el centro de Madrid para reclamar la liberación de los activistas.